Sí, soy mujer y transito las calles de Río Piedras a pie. Al igual que muchas otras compañeras estudiantes recorro el entramado urbano riopedrense con miedo, en estado de alerta, y haciendo un análisis espacial continuo que me sirva como herramienta para reducir mi vulnerabilidad en el espacio. No existe momento en el que no esté consiente de los peligros a los cuales estoy expuesta por el hecho de ser mujer.