La idea de que para alcanzar la igualdad para las atletas mujeres es necesario equiparar sus condiciones de competencia con las de las categorías de hombres parte de la noción de que el deporte masculino es el estándar. Bajo esta premisa, se implica que la validación de las atletas mujeres depende de reproducir las mismas condiciones, aunque muchas veces no sean ni las más aptas o idóneas para cualquier atleta.
Sin embargo, la historia nos ha demostrado que, aun cuando las categorías de mujeres tienen las mismas condiciones de juego que las de los hombres, realmente no hay paridad en el apoyo, la paga, la cobertura mediática y los recursos que se les ofrecen para su participación.
La invalidación e invisibilización de los esfuerzos y gestas de las mujeres deportistas sigue siendo una realidad en estos días y se debe, en gran medida, a los imaginarios e ideologías sexistas que todavía rigen y dictan las dinámicas sociales dentro y fuera del espacio deportivo.
Bajo esta idea de lo que debería ser la igualdad en el deporte, es que surge la propuesta del equipo de la boxeadora puertorriqueña Amanda Serrano de cambiar la regla vigente de 10 asaltos de dos minutos para las mujeres en el boxeo, por la regla que rige a los hombres, que es de 12 asaltos de tres minutos cada uno. Su propuesta es para la pelea que sostendrá el sábado, 30 de abril frente a la boxeadora irlandesa Katie Taylor.
“Como mujer busco igualdad y todos hablan de igualdad en esta conferencia [de prensa]. Haremos historia en el [Madison Square] Garden al ser las primeras mujeres en ser estelaristas. Tendremos la paga más grande y debemos continuar haciendo de esta pelea icónica y cambiar el juego. Y, si Katie Taylor está dispuesta, yo estoy lista y capaz de hacer nuestra pelea a 12 asaltos y de tres minutos por asalto… Estamos haciendo primera plana, están hablando mucho de la pelea, hay mucho interés y esto es sobre igualdad y debemos de hacer el cambio ahora mismo así que ¿Katie [Taylor] estás de acuerdo?”, expresó Serrano, según fue divulgado a los medios en un comunicado distribuido por su oficial de prensa, Fernando Gaztambide.
Esta propuesta fue rechazada por Taylor y su equipo, por entender que ya el combate es significativo e histórico en el boxeo femenino.
“No creo que eso haga alguna diferencia. El evento se está vendiendo bien, las preventas fueron las segundas mejores en la historia. Eso dice mucho. Esta pelea es más importante de lo que creemos y demuestra que estamos haciendo un cambio”, respondió Taylor ante el reto del equipo de Serrano.
“Genuinamente, creo que es la pelea más importante del boxeo femenino”, agregó la atleta irlandesa.
Ambas boxeadoras se enfrentarán en el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York. Será la primera vez que dos mujeres protagonizarán el evento estelar de una cartelera de boxeo en esta famosa instalación de entretenimiento y deportes. En el encuentro estarán en juego los cinturones de las 135 libras de las cuatro principales organizaciones de boxeo, y que actualmente están en manos de Taylor, quien marcha invicta en 20 peleas. Serrano, por su parte, tiene récord de 41-1-1 y ha ganado títulos en siete divisiones diferentes, gesta que no ha logrado ningún otro boxeador puertorriqueño.
Las dos boxeadoras harán historia al ser también las primeras mujeres que obtendrán cada una la paga de al menos $1 millón de dólares por su participación en la pelea.
Medios locales e internacionales elogiaron la movida de Serrano y catalogaron la decisión de Taylor como una derrota temprana. Por ejemplo, el portal de la empresa de comunicación deportiva, ESPN reseñó la conferencia de prensa con el titular de Amanda Serrano intenta poner contra las cuerdas a Katie Taylor. En el caso del diario puertorriqueño Primera Hora, se reseñó que Serrano le dio un “golpe publicitario a su rival”. Asimismo, no faltaron los comentaristas cibernéticos que arremetieron en contra de Taylor por supuestamente no querer la igualdad para las mujeres. Un usuario de la versión digital del periódico El Nuevo Día expresó que “ya que van a hacer la pelea estelar y van a ganar mucho dinero, creo que si pelean 12 asaltos de 3 minutos sea correcto. Si los hombres tienen que hacerlo, ¿por qué no ellas?”.
No obstante, la idea de que hacer lo mismo que los hombres es igualdad y que su negación es un supuesto rechazo a la igualdad son argumentos que deben ser cuestionados desde la perspectiva feminista.
En este caso, asimilar las reglas a las de los hombres no es necesariamente un ejercicio de igualdad, sino que podemos considerarlo más como asunto de asimilación de la normatividad y las masculinidades en el deporte. Es necesario romper con la noción de que el deporte femenino para ser asombroso, entretenido y válido requiere tener las mismas dimensiones, distancias, pesos, tiempos o asaltos que la rama masculina. En todo caso, sería mejor redirigir el enfoque hacia aquellos aspectos sobre los que se construye la actividad deportiva y que afectan tanto a hombres como mujeres. De este modo, cuestionar asuntos como el exceso de violencia en el boxeo sería más útil e importante para pensar nuevas formas de competir que promuevan mejores espacios y condiciones para todos y todas las atletas.
Aunque el boxeo de hombres es actualmente de 12 asaltos de tres minutos cada uno, no siempre fue así. En el pasado, los encuentros fueron al máximo de 15 asaltos de tres minutos, hasta que las organizaciones decidieron reducir las peleas a 12, entre los años 1987 y 1988. La decisión respondió, en gran medida, a una tragedia que ocurrió en 1982, en una pelea entre Ray Mancini y Duk Koo Kim. El encuentro fue detenido en el decimocuarto asalto. Kim colapsó y posteriormente murió luego de haber pasado por una operación médica para atender las lesiones en su cerebro.
Queda sobre el tintero la pregunta de si la cantidad de 12 asaltos continúa siendo un número adecuado y seguro en un deporte basado en los golpes, y en el cual no se usa protección en la cabeza para quienes participan como profesionales. Esta interrogante aplica indistintamente del sexo biológico y la identidad de género del atleta. Es común escuchar que un boxeador “no aguantó” cuando este pierde la pelea al ser noqueado antes del último asalto. Esa insistencia en el “aguante” y en tener la capacidad de “llegar al límite” nos recuerda a las nefastas frases de “aguanta como macho” o “tú no juegas como hombre”, en referencia a la supuesta masculinidad débil de un hombre. Vemos cómo a la violencia física que distingue al contacto físico usual del boxeo se le unen también aquellas violencias de la masculinidad hegemónica que presionan al hombre a actuar y entrenar de cierta manera.
¿Son esas prácticas las que se deben emular en aras de alcanzar mayor equidad para la mujer en el deporte?
El 30 de abril será indudablemente una fecha importante para las mujeres en el deporte. Dos boxeadoras subirán al cuadrilátero de uno de los coliseos más famosos con la intención de continuar rompiendo barreras de género. Su participación inspirará a muchas. Sin embargo, eso no debe limitarnos o frenarnos de activar nuestros propios acercamientos críticos para ese y muchos otros eventos deportivos que continúan sosteniéndose sobre la noción de que la masculinidad hegemónica debe ser siempre el referente a seguir para obtener la aprobación social. ¡Éxito a Amanda y a Katie!
Lee aquí: Boxeadoras quieren abrir más puertas para mujeres deportistas