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Personas trans y no binarias le dan “alma” a libro sobre su comunidad

Fotos por Ana María Abruña Reyes

Cuando la dirección de la Fundación True Self empezó a gestar un libro educativo sobre las comunidades transgénero, cuir y no binaria, había algo definido de antemano: la necesidad de incluir el saber y parecer de quienes son parte de ellas. El resultado ha trascendido las 298 páginas del libro, pues ha reproducido  esperanza en el cambio social y el poder colectivo de este grupo, todavía marginado y discriminado.

Ínaru Nadia de la Fuente, activista trans y afrofeminista, relató que el director de la fundación, Miguel Vázquez, le hizo el acercamiento para escribir hace cinco años. La idea, rememoró, era que el texto “tuviera un poco de alma, por así decirlo, de las personas que han vivido esas historias”.

Nueve personas trans y no binarias participaron como autoras, junto a la comunidad médica, que escribió de temas variados en Comunidades trans, cuir y no binaria: presencia y resistencia. El libro llegó al público, gracias a la editorial EDP University, en conjunto con la Fundación True Self y el apoyo de la Asociación de Psicología de Puerto Rico y la Ponce Health Sciences University.

“¿Cuántas veces ves que una persona trans y no binaria es invitada a escribir y publicar? Sé que es un libro que va a ayudar a la comunidad, y va a tener que ser citado”, enfatizó De la Fuente.  

La publicación abarca temas como los procedimientos de afirmación de género, el estatus socioeconómico de las mujeres trans, la prevención de cáncer cervical en los hombres trans, el lenguaje inclusivo y quiénes son las personas no binarias, además de asuntos de desarrollo en adolescentes trans, cuir y no binaries.

En el caso de De la Fuente, la experiencia le sirvió como “reafirmación del poder que tengo de escribir y transferir las historias que hemos vivido, y dejarlas plasmadas en un medio”, agregó quien cofundó la Sombrilla Cuir y escribe columnas para Todas

Fabo Feliciano Graniela, una persona trans no binaria que estudia Psicología clínica, se expresó con igual conmoción. “Es la primera vez que me invitan a escribir desde la experiencia como persona trans estudiando Psicología. Es el primer proyecto que me humaniza, que reconoce una parte de mí que es bien importante”, aseguró.

La activista trans desde hace 24 años, Ivana Fred, dijo que se convenció a participar de la iniciativa, cuando la doctora Eunice Avilés la invitó a colaborar en un capítulo sobre las identidades femeninas trans, su estatus socioeconómico, físico, mental y sexual. “Sabía que iba a trabajar con personas que tienen mi respeto y admiración… (y) se va a hablar de un tema que le puede abrir camino a muchas personas”, comentó Fred.

Cuando comenzó su proceso de afirmación hace 30 años, no había Internet ni recursos como este que estuvieran accesibles para orientación. 

Criticó, además, que lo típico es abordar el tema de las personas trans desde el amarillismo. “Tratan de indagar en su genitalia, no en el ser humano y su desarrollo”, expresó. Sin embargo, en este libro, “las personas de experiencias trans estamos ahí como cualquier otro ser humano, ya sea académico o doctor”. 

“Nos están validando en este libro”, puntualizó Fred. 

En tanto, David Mejías Serrano, un enfermero generalista y hombre trans, estuvo involucrado en un capítulo sobre las masculinidades trans, que ofrece recomendaciones al personal de la industria de la salud. 

“Se está tratando de educar al personal de salud, y que las personas trans sepan que ya se están haciendo estudios e investigaciones para ellas”, explicó quien ha servido como paciente estandarizado para investigaciones de cáncer cervical. Ha trabajado también en investigaciones con la doctora Alíxida Ramos Pibernus, coautora del capítulo.  

“Lo que me impulsó a trabajar con estas investigaciones fue encontrarme que los servicios de salud para la comunidad trans no sólo son escasos, sino que les falta conocimiento para dar un buen trato”, comentó.

Regalo para quien quiere aprender de la diversidad de género

El grupo editorial —compuesto por los doctores Miguel Vázquez, Sheila Rodríguez Madera, Alíxida Ramos y el estudiante doctoral David Rivas— dirigió el libro al público en general, desde personas de las mismas comunidades género-diversas hasta quienes quieran comenzar a aprender sobre la diversidad de género. 

“Entiendo que es un buen regalo para quiénes quieran adentrarse en temas de diversidad de género, en español, e incluyendo miradas pensadas desde el contexto puertorriqueño”, dijo Rivas como portavoz del grupo. 

Los recaudos por la venta del libro serán para beneficio de la organización True Self Foundation, que promueve la movilidad social y el bienestar integral de las comunidades LGBTQIA+.

El grupo editorial invitó a personas trans, cuir y no binarias a ser autores, en reconocimiento a la pericia que tienen sobre sus propias experiencias, además de haber estudiado el tema y haberse destacado innovando o colaborando con esfuerzos a favor de sus comunidades, comentó Rivas. 

“Cuando se habla de la diversidad de género, las voces de las personas que lo viven deben ser el norte de la discusión”, dijo el también integrante de la Junta Consultiva Comunitaria de True Self Foundation.

Fred coincidió en que quisiera que el libro lo leyera todo el mundo; en específico, las personas adultas mayores, así como padres y madres de personas trans, pues “la falta de educación es lo que lleva a que se discriminen a las personas trans”.

Entretanto, De la Fuente comentó que quisiera que el libro sea “una inspiración para que (quienes lo lean) vean el mundo de una forma más abierta y menos binaria”; que perciban que “la vida tiene mucha más riqueza que la que se quiere hacer ver, y que el cambio es posible”. 

Cuando descubrió su identidad de género no binaria, le decían constantemente que la sociedad no estaba lista para ese tema, recordó. “Voy a hacer que la gente esté lista. Si no se habla, no se visibiliza. Pues, yo voy a hablar de eso”, contó que se propuso. Indicó que su deseo es “impulsar la visibilización y sensibilización sobre quiénes somos; que la sociedad en general sepa quiénes somos y se nos respete y tome en serio”. 

El capítulo, que trabajó De la Fuente, argumenta a favor del uso de la “e” —por ejemplo, todes y elles— como género no marcado, en contrapropuesta al uso del masculino como género no marcado. “Busca que todo el mundo pueda usarlo sin importar quién”, comentó De la Fuente sobre la inclusión a personas de género no binario, que no se identifican exclusivamente como mujer ni como hombre. 

Otro capítulo aborda los procedimientos de afirmación de género. Feliciano Graniela indicó que su aportación se hacía más bien desde el aspecto crítico, de cómo las personas trans tienen que adherirse al diagnóstico de disforia de género para tener acceso a estos tratamientos, algo que no siempre aplica, pues hay personas trans que sienten comodidad con su cuerpo.  

Según la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero, la disforia de género se refiere a la incomodidad o angustia causada por la no alineación entre la identidad de género de una persona y el sexo asignado al nacer. Mientras, la incomformidad de género se refiere a que la identidad, el rol o la expresión de género de una persona difiere de las normas culturales prescritas para un sexo en particular.

Feliciano Graniela dijo que su interés es que “las personas trans o familiares de personas trans, que están leyendo el capítulo, entiendan que su sufrimiento, incomodidad o búsqueda de afirmarse no corresponde a que estén enfermes o hay una deficiencia, sino que hay tal cosa como la autodeterminación, la agencia, que tengamos poder para decidir sobre nuestras vidas, para decidir quienes somos, de la manera en que mejor nos conviene y mejor nos satisface”.  “Una Psicología o psicólogo que no puede poner a un lado el andamiaje del lenguaje médico para hacer valer esa voz, no es alguien que está apostando a la liberación de las personas trans”, agregó. 

El capítulo, de la coautoría del doctor Vázquez, explica que hay otros componentes de la afirmación de género más allá de la hormonación, como el entrenamiento de la voz con terapeutas del habla. Además, aborda cómo la psicoterapia afirmativa de género puede ayudar a sobrellevar “ese proceso de transición social e individual, que es igual de complejo y profundo” que el resto de los procesos físicos.

En cuanto a la población masculina trans, Mejías Serrano ofreció su insumo acerca de cómo se podían hacer las preguntas médicas para el monitoreo y la prevención de enfermedades de los hombres trans. Por desconocimiento o prejuicios, los profesionales de la salud evaden, a veces, hablar de enfermedades que también perjudican a esta población, como el cáncer cervical.

Recordó que la examinación para la detección de cáncer cervical tiende a ser baja en toda la población de mujeres, pero en el caso de los pacientes trans la tasa es aún menor. “El personal de salud no quiere abordar el aspecto de la identidad, y esa evasión —cuando se trata de tratamientos médicos— constituye un trato negligente a ese paciente”, dijo.

Históricamente, ha habido más servicios a las mujeres trans, aunque relacionados con el estigma del VIH. “Los fondos del gobierno casi siempre están enfocados en temas de prevención sexual y ahora, estamos tratando de movernos a un enfoque de prevención de la salud en general”, enfatizó Mejías Serrano. 

 

 

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