Alba Nydia Toro Rivera es una trabajadora social ciega de nacimiento que ayer, tomó el micrófono para denunciar públicamente el acoso sexual que ha sufrido por parte de un conductor del programa Llame y Viaje, de la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA), y la ineficiencia de la agencia en garantizarles un servicio libre de violencia de género.
Decidió hablar públicamente de su experiencia, desde el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, para exigir que su caso sea investigado de acuerdo a la política pública contra el hostigamiento sexual. Además, porque quiere que el servicio de transporte colectivo sea un espacio libre de discrimen y violencias para todas las personas, en particular para las mujeres con diversidad funcional.
“No lo hago solo por mí, sino por otras mujeres que no se atreven o no saben cómo hablar. Porque me pregunto, ¿cuántas personas más están como yo, asustadas, vulnerables?”, dijo en un aparte con Todas.
Hace más de 20 años, Toro Rivera es participante del programa Llame y Viaje, que ofrece transporte a la población con algunos tipos de diversidad funcional. Antes de la pandemia del covid-19, utilizaba este servicio dos veces al día, todos las semanas, para ir al trabajo y regresar a su casa. Durante los pasados meses, al menos una vez por semana.
Pero, desde que presentó la querella por acoso sexual contra el chofer de la AMA, se ha sentido incapaz de caminar sola por las calles y de subirse a una guagua pública.
“Yo no he podido volver a usar ese programa. He hecho reservaciones tratando de exponerme, de superar el temor, las he hecho y he tenido que cancelarlas porque el nivel de ansiedad es demasiado fuerte”, explicó la mujer de 45 años, que también sufre episodios de llanto y alteraciones en su patrón de sueño y alimentación.
La “peregrinación tortuosa” de una sobreviviente de acoso sexual
Antes de que Alba Nydia Toro Rivera sometiera su querella a la oficina de Servicio al Ciudadano en la AMA, ya había notificado las manifestaciones de acoso sexual directamente a la administración de Llame y Viaje, quienes acordaron no asignarle al empleado, presunto agresor, como conductor de sus traslados.
Según la denunciante, la administración cumplió con su palabra solo por un periodo de tiempo porque luego, en cuatro ocasiones, le asignaron al mismo chofer. Entonces, comenzó una “peregrinación tortuosa” con la agencia gubernamental, pues, cada vez que solicitaba un viaje, tenía que llamar para verificar quién la transportaría.
“Ahí, me enteraba que me asignaban al conductor y, entonces, pedía una reasignación. Independientemente, de la rapidez en ser reasignada siempre me sentí revictimizada. Sentí que revisitaba la experiencia una y otra vez. Mi cuerpo y mis emociones, todo reaccionaba como si estuviera pasando la situación de peligro en ese momento”, aseguró la mujer.
Reclamos para la Autoridad Metropolitana de Autobuses
De acuerdo con Toro Rivera, la AMA realizó una investigación tras la querella radicada y determinó que no pudo corroborar los actos de acoso sexual, pero se comprometió con que no asignaría más al empleado señalado como su conductor y que este recibiría una advertencia para que “en el futuro, ejerza prudencia en el trato cortés, respetuoso y correcto a los usuarios”.
Ante esta decisión, sintió coraje y decepción. Cuestionó cómo garantizarían el cumplimiento de esa directriz para que nunca más este hombre la transporte. Preguntó si habría un recordatorio físico en la computadora de la persona que diseña la ruta o si el chofer se negaría a brindar el servicio, pero no obtuvo respuestas.
La mujer, quien también es estudiante doctoral en la Universidad de Puerto Rico, le exige a la AMA que investigue su denuncia como un caso de hostigamiento sexual, que revise sus reglamentos y protocolos, y que adiestre a todo el personal en prevención y atención a situaciones de violencia de género.
Durante este proceso, Toro Rivera también solicitó orientación y ayuda a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, la Defensoría de las Personas con Impedimentos, la Secretaría del Departamento de Transportación y Obras Públicas, la Comisión de Derechos Civiles y la Oficina para el Desarrollo Integral de la Mujer en el municipio de San Juan.
“Ante todas las gestiones que he hecho, siento que camino en círculos y que estoy simplemente chocando contra paredes, y que mientras tanto, no tengo garantías de un espacio seguro para mí y para otras participantes del programa, que por nuestras particularidades estamos más vulnerables”, mencionó a este medio.
No es un caso aislado
Según la psicóloga María Mojica, el acoso sexual ocurre cuando existe una relación de poder y subordinación. Por ejemplo, en este caso, en el que la pasajera ciega total depende de ser transportada por el conductor de Llame y Viaje.
No todas las mujeres con diversidad funcional perciben o reconocen que están sufriendo manifestaciones de violencia y, por lo tanto, no todas pueden comunicar una denuncia ni reclamar la garantía de sus derechos.
“El caso de Alba podría ser excepcional porque ella sí pudo articular lo que pasó, pudo moverse y buscar recursos. Pero, es muy preocupante porque [quienes acosan] repiten y desconocemos cuántas personas más pudieran estar pasando por la misma situación”, dijo durante la conferencia de prensa.
La doctora Mojica hizo un llamado a las agencias gubernamentales. Exhortó que, ante la falta de testigos en situaciones de acoso sexual, siempre deben validar el testimonio de la persona sobreviviente y dar seguimiento a cada denuncia.
La conferencia de prensa para hacer pública la denuncia fue convocada por el Movimiento Socialista de Trabajadores (MST), organización de la que Toro Rivera es parte. El grupo presentó la iniciativa en apoyo a su compañera “Somos los ojos de Alba”. Exhortó a quienes conocen o son testigos de alguna manifestación de acoso sexual, violencia de género o discrimen contra cualquier persona en la AMA, de parte de conductores o de su personal, a que lo denuncie llamando a los números del programa Llame y Viaje 787-274-1032 o 787-763-2473 (TTY para personas sordas), o a las oficinas administrativas en los números 787-294-0500, extensión 599 y, al 787-758-8112.
Si tú o alguna persona conocida está en situación de violencia, llama a la línea de ayuda 787-489-0022. Mira más recursos de ayuda aquí.