(Foto por Cecilie Johnsen de Unsplash)
“¿Qué tiene que ver mi genitalia con mi identidad de género?”, preguntó el activista de la comunidad transgénero Justin Jesús Santiago en el foro No más violencia de género: derechos de las comunidades transgénero en Puerto Rico, en la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce.
Este conversatorio forma parte del calendario de 16 días de activismo contra la violencia de género que organiza el Colegio de Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico. A la campaña se han unido sobre 20 organizaciones para llevar a cabo distintas actividades con el propósito de combatir y educar sobre la violencia de género.
Como parte del evento, asistieron los activistas de la comunidad transgénero Justin Jesús Santiago e Ivana Fred, y la abogada Nora Vargas para hablar sobre las problemáticas que enfrenta este grupo.
El acceso a las medicinas, la violencia, el rechazo de la Policía, las limitaciones en la educación y el discrimen que reciben por parte de la prensa son dilemas que encara la comunidad transgénero, destacó la activista Ivana Fred.
Fred relató que, para lograr graduarse como enfermera, afrontó muchos obstáculos, entre ellos que su profesora no quería hacer la práctica de enfermería con ella por creencias religiosas.
“Es triste tener que, como ser humano, llegar a una universidad como esta o cualquier otra, someter sus documentos y que empiecen las limitaciones por parte de los que están en posición de poder”, expresó Fred, quien fue una de las primeras personas que solicitó una copia del acta de nacimiento que valide su identidad como mujer. Desde el pasado julio, las personas transgénero, en la isla, pueden modificar el género en el certificado de nacimiento.
Por su parte, Justin Jesús Santiago agregó que uno de los conflictos en la sociedad puertorriqueña es su resistencia para educarse sobre la realidad de la comunidad LGBTQ.
“No somos diferentes, somos parte de la diversidad de la humanidad”, expresó Santiago.
Para Santiago, a pesar de que ha habido avances en los derechos para esta comunidad, si la sociedad aún no los acepta, no hay un verdadero cambio.
Por otro lado, la licenciada Nora Vargas comentó que la falta de información sobre este tema, invisibiliza a este grupo, y convierte al resto de la sociedad en intolerante y violenta.
“La teoría es que si usted discrimina contra una persona por la forma en que se comporta, pues eso es discrimen”, explicó Vargas.
“Usted le está asignando unos estereotipos a esa persona y, como no se está comportando de acuerdo a eso, pues lo estás tratando de una forma diferente”, añadió.
Vargas señaló que la ausencia de estadísticas sobre asuntos concernientes a esta minoría hace más probable que se perpetúen el discrimen y la ignorancia.
La abogada expuso que, entre el 2010 y 2011, hubo 18 asesinatos a personas transgénero y ninguno había sido investigado.
Con este hecho, no sorprende el resultado de otra estadística que concluyó, según Vargas, que el 32% de las personas de la comunidad LGBTQ siente temor por su vida en lugares públicos.
Coincidió con los señalamientos de los activistas en torno a los problemas que aquejan a este grupo, pero añadió la falta de representación en la política.
Vargas aclaró que han ocurrido avances en las legislaciones para esta comunidad, como Título IX, que prohíbe el discrimen por razón de sexo en los programas y actividades de las instituciones educativas, de todos los niveles, que reciben fondos federales.
Sin embargo, la letrada expresó que se tienen que defender los derechos de esta comunidad ante las políticas regresivas de la administración del presidente estadounidense Donald Trump.
*Sofía Rico Maldonado es estudiante de Periodismo en la Universidad del Sagrado Corazón.