(Ilustración por Nazareth Dos Santos)
(Texto por Larissa Pagán)
¿Cuántas veces hemos oído en nuestra infancia “si un niño te molesta, es porque le gustas?”
Disminuir y romantizar, desde temprana edad, estos actos desagradables e inapropiados, perpetúa las prácticas machistas e incómodas en las relaciones afectivo-sexuales de la adolescencia, un patrón que continúa en la adultez.
Con el avance de la tecnología y las redes sociales, los malos hábitos se extrapolan al control obsesivo del móvil de las parejas, sus contactos y sus redes.
Si tu pareja controla tu teléfono y tus redes, tiene una actitud tóxica y violenta. Si eres quien controla el teléfono de tu pareja y hasta le exiges que te comparta la clave de acceso a sus redes, tienes un problema y necesitas ayuda. Definitivamente, en ambos casos una gran alarma para que salgas de esa relación cuanto antes.
Aquí, les dejamos una lista de sietes actitudes machistas de celos y control del teléfono móvil que merecen ya ser denunciadas y bloqueadas de nuestras redes, y de nuestras vidas.
1. No controles mi teléfono
Si yo no te doy mi teléfono para algo en concreto, no tienes por qué buscar obsesivamente cosas en él. Ni delante de mí, ni a escondidas. Es mi privacidad y la respetas. Como pareja/vínculo, podemos compartir muchas cosas, pero sigo teniendo derecho a tener mi espacio de intimidad, así que no lo rompas.
2. Si te envío nudes, no son para tus amigos
Enviar o enseñar desnudos de tu novia/amiga/loquesea a tus amigotes es inaceptable. Estás violando su privacidad, rompiendo un compromiso de confianza y tratando a esa chica sin respeto, como un objeto con el que traficar.
Si te estás enviando y recibiendo nudes con una persona, es un acuerdo mutuo que se ha consentido por ambas partes, solo entre esas dos personas.
Cuando esa relación o vínculo termina, ya sea de una forma amistosa o dramática, no trafiques con la privacidad de esa persona, sigue siendo violación de la intimidad ajena. En muchos países, también es un delito.
3. No quiero ver tus genitales; no te lo pedí
Enviar “foto pene” fuera de contexto es muy violento. Si con ello quieres demostrar poder o superioridad, vas por mal camino, porque lo que provocas es rechazo absoluto. No nos gusta recibir una foto de tus genitales.
Si estamos haciendo sexting, hay muchas formas de hacerte fotos eróticas sin ser tan literal y básico. Y si eres un desconocido y me envías tu “foto pene”, bloqueado de mis redes y de mi vida.
4. No controles mis movimientos
“Te estoy viendo conectada y no me escribes”, “¿dónde estás?” “¿qué haces?”, “¿con quién estás?” “¿quién está a tu lado?”
No bombardees mi teléfono con preguntas que ejercen tanto control sobre mi persona. Con pareja o sin pareja, tengo la libertad de estar donde yo quiero y sigo teniendo el derecho de decidir con quién quiero pasar mi tiempo.
5. No me pidas que te diga mis contraseña
Darle a tu pareja la contraseña de tus redes sociales no es un acto de romanticismo y no significa que le quieras más. No bases el nivel de confianza en que la otra persona sepa o no sepa tus contraseñas. Y, si por algún motivo, la otra persona sabe tus contraseñas, sigue siendo una violación a la privacidad que revise tus mensajes o con quién te escribes.
6. Mis redes sociales son mías y de nadie más
El control de los likes, follows, y comentarios es muy tóxico y machista. Tengo la libertad de escribir y relacionarme con quien yo quiera. No soy tuya, no te pertenezco. Si un like con una expareja te hace sentir celoso, lo que necesitas es revisar tus inseguridades y no mis redes.
7. Mis fotos en las redes no necesitan tu aprobación
No necesito tu permiso para subir una foto mía a mis redes. Tampoco necesito tu aprobación si quiero subir una foto enseñando mi cuerpo.
Si no quiero subir mil fotos contigo, no significa que te quiera menos. Simplemente, yo decido lo que posteo.
Estas son algunas de las muchas actitudes controladoras que se viven, día a día, en las redes sociales, por parte de parejas, exparejas o vínculos sexo-afectivos.
Comparte la información para que a nadie más le vuelva a pasar. Si has vivido o estás viviendo alguna de estas actitudes machistas, estamos aquí para ayudarte. Si te reconoces como la persona que ejerce estas prácticas machistas y controladoras, no lo sigas haciendo. Habla con tu pareja/vínculo y establezcan prácticas desde el afecto y el consentimiento, y no desde los celos y el control obsesivo.