(En la foto Johana Karis Molina Ortiz, de Todas Jevas)
Para acceder a la justicia menstrual en Puerto Rico, hay que transitar un proceso de concienciación y una educación menstrual no binaria, expusieron las creadoras de los proyectos digitales Copa Solidaria, Lluvia Roja y Todas Jevas en el Diálogo Menstrual, convocado por la organización Siempre Vivas Metro.
“Estos proyectos (Copa Solidaria, Lluvia Roja y Todas Jevas) están anclados a eso de llegar a tener una concientización menstrual. En la primera fase de esa concientización, nos toca desmitificar. ¿Por qué ocultamos nuestra menstruación? ¿Por qué la menstruación atraviesa nuestro cuerpo y psiquis?”, expuso la autora de Lluvia Roja, la terapeuta menstrual Diana Betancur Toro.
El conversatorio que se transmitió a través de Facebook Live, en el contexto del Día de Acción Global por la Salud de las Mujeres, tenía como objetivo visibilizar el tema de la menstruación como un asunto político y de salud pública para empezar a generar la autonomía de los cuerpos menstruantes.
Cuando Betancur Toro expone el término de concienciación menstrual, se refiere a un proceso de alfabetización corporal por el que deben pasar las personas menstruantes para tener una menstruación liberadora y desde el conocimiento.
No obstante, la también psicóloga expresó que la alfabetización corporal no se trata de colonizar las subjetividades.
“No es que yo creo que tengo la verdad, y voy a llegar a donde ti a alfabetizarte. Es muy importante que hagamos la salvedad. Estamos compartiendo unas herramientas para que tú, desde tu propia realidad, las uses. Para que ese proceso de resignificación de la menstruación lo hagas tú misma, a tu tiempo, a tu velocidad, a tu espacio y a tu manera”.
La propuesta de Johana Karis Molina Ortiz se inclina a esa alfabetización corporal. Todas Jevas tiene como objetivo ayudar a las personas a repensar la menstruación y su cuerpo desde otras perspectivas que no sea el discurso tradicional de la menstruación que la sitúa en un lugar vergonzoso y privado. Y así, aprender nuevas formas de vivir la ciclicidad de los cuerpos menstruantes.
“En Puerto Rico, se supone que tenemos una educación básica en salud, se supone que nos den duro en el aspecto fisiológico. No obstante, en los talleres que imparto llegan mujeres que no saben que orinan y menstrúan por un orificio distinto. Estamos hablando de mujeres que fueron a la escuela y a la universidad. También, he coincidido con mucha gente que nunca se han tocado o mirado su vulva o su cérvix”, expresó la también trabajadora social feminista Molina Ortiz sobre la desinformación que impera en la sociedad puertorriqueña sobre los cuerpos menstruantes.
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Cuando las personas menstruantes atraviesan la etapa de concienciación menstrual, se pasa a la segunda fase de la concienciación: articular cómo se puede gestionar la menstruación desde otras alternativas que no sean las toallas sanitarias o los tampones.
Sin embargo, Betancur Toro mencionó que no necesariamente al pasar por un proceso de concienciación menstrual, las personas tienen que cambiar la forma en la que gestionan la regla.
“En la segunda fase, puede ser que tú cambies la manera en como la gestiones (el sangrado menstrual), pero no necesariamente. Tal vez, no cambias la forma de gestionar el sangrado, pero te lleve a tener una relación distinta con el cuerpo. Tal vez, empieces a masturbarte”, expresó Betancur Toro.
En esta segunda etapa, entra el proyecto de Copa Solidaria de Yazeli Cruz y Suzette Álvarez. Esta iniciativa se encarga de hacer accesible productos de gestión menstrual, como la copa menstrual, a personas que no pueden costearlas.
“Nuestro objetivo es promover una menstruación que sea segura, que sea higiénica y autosustentable. El dinero controla todo. Termina siendo una dinámica de poder. Queremos educar a las personas y romper esos tabúes para que alcancen esa independencia”, explicó Yazeli Cruz.
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Las activistas coincidieron en que para lograr una verdadera justicia menstrual en el país, hay que enfatizar que no solo las mujeres menstrúan.
“Hay que saber que existen una pluralidad de cuerpos menstruantes y no nombrarlos es invisibilizarlos. Yo no lo hago con la intención de hablar por alguien, sino que como educadora menstrual, tengo la responsabilidad de tomar un posicionamiento político de decir esto existe. Lo que no se apalabra, se invisibiliza”, sostuvo Molina Ortiz.
Tanto Molina Ortiz y Betancur Toro mencionaron que, en Puerto Rico, ya se estaba realizando un trabajo de educación menstrual. No obstante, esa enseñanza parte del activismo menstrual místico espiritual que tiende a romantizar la menstruación y no considera la diversidad de cuerpos menstruantes. El problema de la romantización de la regla reside en que invalida las experiencias de las personas que no viven la menstruación de una forma positiva.
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