Primero, la respuesta fue el silencio.
Cuando, hace un mes, una exmilitante del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) tomó las redes sociales para denunciar acoso laboral, sexismo y misoginia por parte del excandidato a la alcaldía de Aguadilla Eliezer Ríos Santiago, y la inacción de la colectividad, la respuesta inmediata fue el silencio.
Al cabo de días, la senadora María de Lourdes Santiago Negrón, la vicepresidenta del partido, se expresó. Admitió que el partido no contaba con protocolos para atender casos de acoso, anunció la creación de una comisión especial para la investigación de las denuncias y dijo que no haría más expresiones sobre el asunto. La comisión se conformó con la doctora Nellie Zambrana Ortiz, y las abogadas Jessica Martínez Birriel y Yahaira Velázquez Correa. El grupo investigó otras dos denuncias, de acoso y hostigamiento sexual contra otros miembros del partido.
Luego, fue la revictimización.
Tres meses y dos investigaciones después, el secretario general del PIP, Juan Dalmau Ramírez, presentó los hallazgos de las investigaciones. Ríos Santiago fue exonerado de responsabilidad del acoso laboral que denunció Valerie Román Echevarría porque “no había una relación laboral” entre las partes. Asimismo, sobre la acusación de expresiones machistas, misóginas y discriminatorias, la comisión determinó que “por no ser corroborables, no hay remedio que conceder”.