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Llamado a combatir el machismo en los espacios de lucha

El machismo en los espacios de lucha de izquierda.

Cuando se piensa en la palabra líder, ¿aparece un rostro masculino o un rostro femenino? ¿Cuáles son los roles de las mujeres en las organizaciones políticas? ¿Cómo debe ser una mujer en los espacios de lucha? Los grupos que defienden los derechos humanos, ¿menosprecian el conocimiento femenino? ¿Existen manifestaciones machistas en los grupos de izquierda? La respuesta a esta última pregunta es sí.

Las contestaciones a las demás interrogantes fueron el hilo conductor del diálogo entre Coraly León, del Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores; Ruth Arroyo, del Partido del Pueblo Trabajador; y Maya Rodríguez, de la Unión de Juventudes Socialistas.

Como si tres experiencias fueran una sola, las activistas coincidieron en sus expresiones, pues sus vivencias como representantes femeninas de organizaciones políticas no varía. No importa el grupo al que pertenezcan porque todas han experimentado manifestaciones machistas.

En algún momento, sostuvieron, a todas se les ha cuestionado sus capacidades intelectuales, se les ha dicho que su rol es escribir una minuta, se les ha instado a asumir una forma de ser, y se les ha ignorado cuando quieren incluir asuntos de género en la agenda. Mientras, otras de sus compañeras han enfrentado acoso, maltrato y agresiones sexuales por integrantes de organizaciones.

“Vemos una resistencia en integrar asuntos de género y, cuando lo logramos, no se da la ejecución”, comentó Arroyo.

Queda camino por recorrer para lograr la equidad en los espacios de lucha

Las líderes reconocieron que se han dado pasos importantes de inclusión y acción, pero aún queda un largo camino por recorrer.

“Tratamos desde estos espacios construir otra sociedad, pero también se reproduce el machismo porque no estamos desconectados de la sociedad. Pero es una responsabilidad individual y colectiva asumir esto como prioridad”, expresó León en el evento Conversemos: Machismos en espacios de lucha, que organizó el Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores en el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, en Miramar.

“Se nos busca cuando se habla de género, pero también sabemos de política… Hay una responsabilidad política de buscar y completar una teoría para entender y romper con el machismo cultural. Eso debe ser parte de la formación política”, mencionó, por su parte, Rodríguez, cuya crítica podía sostenerse con este panel solo de mujeres y en el que tampoco estaban representadas otras minorías.

Rodríguez enfatizó en que la lucha feminista pasa a un segundo plano en las agendas al indicar que desde su grupo político no se instó a participar del Plantón 23N contra la violencia machista, que convocó la organización política Colectiva Feminista en Construcción hace unos días.

“Sabemos que hubo una manifestación contundente y confrontativa. A nosotras y nosotros no se nos sentó para decirnos: ‘Compañeros, necesito que estén allí’. No se trató como que era una manifestación fuerte, contundente y esencial para una lucha en Puerto Rico, porque era feminista. Si hubiera sido una lucha estudiantil, no hubiera sido así. Si hubiera sido una lucha por la independencia, no hubiera sido así. Si hubiese sido una lucha socialista, no hubiera sido así”, dijo.

Lee también la crónica del Plantón 23N: ¿Dónde están las prioridades del gobernador?

Mencionaron que, en ocasiones, los integrantes del grupo político protegen a un miembro machista por su formación académica, en vez de respaldar las denuncias de acoso o agresión sexual de las compañeras.

Las organizaciones en las que militamos también tienen una responsabilidad política. En la medida en que tratamos de minimizar y callar, estamos siendo cómplices de esa violencia”, indicó León.

León hizo una lista de recomendaciones para sus compañeros de lucha, en la que destacó que se le debe dar el espacio a las madres para que produzcan teóricamente, que no se invisibilice el trabajo de sus antecesoras, que no se cuestionen las experiencias y los conocimientos de las integrantes, y que sus compañeros no acaparen las discusiones.

León, Arroyo y Rodríguez también coincidieron en que, en muchas instancias, tienen que asumir una forma de ser que no va tono con ellas. León comentó que tiene compañeras que alzan la voz o dan manotazos en las mesas para “sostenerse en el espacio”.

“Las que no están dispuestas a asumir esa forma de ser, las tildan de blandas y débiles, y las que asumían ese estilo, las acusaban de agresivas y violentas. Entonces, no era ni una ni la otra; era que son mujeres ocupando el espacio”, expresó León.

“Hemos logrado, pero no necesariamente estamos satisfechas”, concluyó Arroyo.

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