Foto de la página de Facebook del Baloncesto Superior Nacional Femenino
La designación de la exbaloncelista Carla Cortijo como la próxima dirigente en propiedad de las Cangrejeras de Santurce en el Baloncesto Superior Nacional Femenino (BSNF) presenta una oportunidad única para que continúe reconociéndose el trabajo de las mujeres que fungen como entrenadoras de equipos en diferentes ligas y clubes en Puerto Rico.
Si bien Cortijo no será la primera mujer en asumir las riendas de una franquicia en el BSNF, su contratación es importante, toda vez que han transcurrido varios años desde la última ocasión en que una mujer estuvo al mando de la dirección técnica de una franquicia participante en la principal liga femenina de baloncesto del país.
Ha pasado más de una década desde la temporada en la que Carmen Meléndez trabajó como la dirigente del equipo de las Mets de Guaynabo. Asimismo, otras mujeres como Lourdes López, Lilibeth Camacho y Leika Rivera tuvieron oportunidades en la dirección de equipos del BSNF.
Son varias las dirigentes que han cosechado éxitos a nivel de categorías menores y de equipos juveniles dentro de los programas afiliados a la Federación de Baloncesto de Puerto Rico. Sobresalen nombres como el de Myrna Lora, Glenda Negrón y Stephanie Sánchez. En años recientes, jugadoras de la denominada “generación dorada” de la Selección Nacional de Puerto Rico, como Michelle González, Pamela Rosado y Tayra Meléndez, ya han recibido la oportunidad de dirigir o asistir en la dirección de las selecciones nacionales en las categorías U15 y U17.
La entrada de Cortijo a las Cangrejeras de Santurce puede abrir puertas para que, en una misma temporada del BSNF, no haya solo una, sino varias mujeres contratadas como dirigentes de equipos de la liga. Es inconcebible que, teniendo a su Selección Nacional femenina clasificada como la décima mejor del mundo, según los escalafones de la Federación Internacional de Baloncesto, Puerto Rico continúe tan rezagado en términos de brindar oportunidades para que las mujeres puedan dirigir a nivel profesional en el baloncesto.
Argumentar que, en Puerto Rico, no existen suficientes mujeres con el conocimiento y experiencia en la dirección del baloncesto es una gran falacia. Estas dirigentes han existido por años y han manejado exitosos programas de baloncesto a nivel de escuelas, clubes y universidades.
Queda de los apoderados y directivos de franquicias reconocer el trabajo de las mujeres y brindarles la oportunidad para dirigir equipos del BSNF. Es importante romper con la mentalidad patriarcal de que el trabajo técnico en el deporte es una labor reservada para los hombres.
Aspiremos, además, a que la Selección Nacional de Puerto Rico en el baloncesto femenino pueda tener por primera vez una mujer como su principal dirigente. Es una deuda que el país tiene con todas aquellas jugadoras del pasado que, aparte de la gloria a Puerto Rico en el deporte de las canastas, también lucharon contra el discrimen y la falta de oportunidades en el deporte. Aumentar el número de mujeres dirigentes en los equipos del BSNF y en los programas de selecciones nacionales sería el mejor tributo a todas esas jugadoras y exjugadoras que, por décadas, han aportado para que en Puerto Rico el baloncesto mantenga su vigencia como uno de los deportes de mayor popularidad.