(Laura Rexach Olivencia y Carla López De Azúa, moderadoras de Alzando La Voz)
“Ah, sí. Ustedes son lo de las mujeres”.
Así comenzó la reunión que establecería Alzando La Voz como parte de la programación de WKAQ, en mayo de 2018. Éramos un “aquello” de mujeres. Creo que lo seguimos siendo.
Debo aclarar que esta columna no es una queja hacia la emisora que nos brinda el espacio semanal que tenemos; sino más una reflexión sobre la situación que estamos viviendo como sociedad machista.
Los acontecimientos de esta semana con el moderador Luis Dávila Colón justamente merecen ser atendidos, y es decisión (y reflejo) de la gerencia las medidas que tomen al respecto. El haber llamado “perra” a una mujer, cualquier mujer, es un insulto y una falta de respeto, y en eso coincidimos muchas. Pero ese no es el punto que quiero traer.
La realidad es que el machismo institucional de la estación es algo que mi comoderadora Carla López De Azúa y yo hemos vivido desde nuestro primer día, cuando la gerencia creía que Alzando La Voz era un programa de mujeres histéricas que veníamos a pelear y hacer guerra contra los hombres. Luego de año y medio en la emisora, me gustaría pensar que hemos demostrado ser mujeres capaces, inteligentes, solidarias, inclusivas y de mentes abiertas que buscamos ofrecer nuestro espacio como plataforma para compartir las historias de mujeres puertorriqueñas increíbles que abren camino para otras.
Estamos sumamente conscientes de la falta de voces de mujeres en la radio AM, especialmente en nuestra propia estación, e incluso estamos claras que una de las razones por la cual se nos dio la oportunidad es precisamente la necesidad de contenido femenino. Jamás se nos escapa el privilegio que tenemos de contar con un micrófono y una audiencia que amplifica nuestras voces y nuestros mensajes.
Muchas veces nos hemos cuestionado si continuar, si vale la pena tanto trabajo para producir un programa por el cual no cobramos. Pero, lo hacemos porque queremos, porque podemos y porque sentimos una responsabilidad de utilizar el espacio que tenemos para darle voz a la problemática social que vivimos las mujeres a diario. Aunque reconocemos que como dos mujeres cis, blancas con estabilidad económica de ningún modo somos representativas de la población femenina de la isla, nuestras voces y las voces de las mujeres que invitamos al programa sí importan.
¿Nos debemos mantener en la 580? Pues no sé, pero por ahora ese es el plan. ¿Nos hace parte del sistema patriarcal ser parte de esta emisora? Quizás. ¿Nos hace parte del problema? Prefiero pensar en nosotras como agentes infiltradas en la oposición, llevando a cabo misiones de resistencia, aclarando que la oposición no son los hombres, sino el patriarcado. La realidad es que queremos llegarle al mayor número de oyentes posible, y, a veces, ser parte del sistema que buscas cambiar y actuar dentro de él es también una estrategia.