(Fotos suministradas)
(Santo Domingo, República Dominicana).- Primero, fue un baile con la bachata Eres mía, interpretada por Romeo Santos, de fondo: Un cortejo marcado por el “macho” que trata de apoderarse de “su mujer”. Después, llegaron los golpes, los maltratos, la violencia y sus ciclos. Y al final, el asesinato de las mujeres, el suicidio de los feminicidas, el desamparo de los niños huérfanos. Sobre los cadáveres y la angustia, las declaraciones de prensa de un funcionario con discursos vacíos y falsos alardes de éxito en la reducción de la violencia contra las mujeres. El personaje fue abucheado por el público en el performance “Hilando mariposas”.
El performance fue presentado al inicio de la Marcha de las Mariposas, actividad en la que participaron miles de personas de la República Dominicana para exigir mejores políticas públicas con el fin de erradicar los feminicidios. En lo que va de año, han sido asesinadas unas 70 mujeres en actos de violencia machista, según la Procuraduría General de la República.
Acabado el performance, el abucheo contra el funcionario continuó. En la marcha, hubo carteles en los que se exigía la renuncia del procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, a quien muchas y muchos ven como responsable de los acuerdos con agresores que facilitaron los asesinatos de Anibel González y Juana Domínguez en San Pedro de Macorís, en el este de la República Dominicana.
Anibel González fue baleada por Yasmil Oscar Fernández Estévez (Ray), quien había sido liberado solo dos años después de apuñalarla. La fiscalía provincial realizó un acuerdo con Fernández que permitió su liberación y en el que se falsificó la firma de Anibel González.
Este caso, desató la indignación nacional, que se agudizó cuando pocas semanas después fue asesinada Juana Domínguez, en un hecho con características parecidas. Su feminicida, Johan Manuel Ramírez, también la había apuñalado dos años antes y salió de la cárcel con un acuerdo irregular. Aparentemente, hubo soborno a fiscales por RD$150,000, unos $2,885 dólares.
La periodista Hogla Enecia, de Diario Libre, realizó una investigación en la que se revela que solo en San Pedro de Macorís, el Distrito Nacional y Santiago se han realizado 441 acuerdos en casos de violencia de género.
“Eso siempre se ha hecho, y es una posibilidad que la ley contempla y el Código Procesal Penal. En estos casos particulares (casos San Pedro de Macorís) sucedieron violaciones a pautas y dijimos que, en ocasiones, esos acuerdos nunca deberían materializarse, como es el caso de cuando hay un intento de homicidio. Eso lo habíamos prohibido de manera expresa”, dijo el procurador, en un intento de justificar una política de pactos con los agresores.
Es en este contexto que se deben comprender los abucheos, las lágrimas y la indignación durante el performance para denunciar los feminicidios, cuyo texto y concepto general es obra de Paula Disla, en unión con el performance “Urdimbre” de Iris Pérez, bajo la dirección de Isabel Spencer.
La indignación también se volcó en contra del sistema de Justicia, el Gobierno central y los partidos políticos. El movimiento de mujeres, grupos feministas y otras organizaciones y ciudadanas independientes apoyaron un manifiesto en el que exigieron a candidatos, partidos y otros sectores, un compromiso nacional con el fin de erradicar la violencia machista.
Reclamaron la aprobación del proyecto de Ley Orgánica Integral contra la Violencia hacia las Mujeres, el fin de los acuerdos entre el Ministerio Público y los agresores cuando corre riesgo la vida de la mujer y la eliminación de las disposiciones del Código Civil que mantienen el matrimonio antes de los 18 años.
Además, demandaron que se implementen programas de enseñanza que fomenten la igualdad de género e incluyan la educación sexual y la despenalización del aborto en caso de inviabilidad del feto, violación o incesto.
Las demandas se hicieron en un ambiente que muestra la pluralidad y diversidad del movimiento de mujeres y el feminismo dominicano en estos momentos.
Una imagen refleja esta pluralidad: Virtudes de la Rosa, del Centro de Estudios de Género de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), veterana feminista de mil batallas, que durante décadas y desde diferentes espacios ha exigido igualdad; Katy Cabrera de la Confederación Nacional de Mujeres del Campo (Conamuca) y Daniela Dos Santos, del movimiento juvenil Con mis derechos no te metas, leyeron el manifiesto.
Otro aspecto que refleja esta diversidad es la presencia de cientos de hombres de diferentes edades y provincias que marcharon junto a las mujeres para demandar la erradicación de la violencia machista, justicia para las víctimas y apoyo para sus familiares.
Poco a poco, en la República Dominicana, surgen movimientos que promueven nuevas masculinidades, más positivas, no violentas y capaces de construir relaciones familiares y sociales desde la igualdad.
En conexión con América Latina
¡Que tiemblen, que tiemblen, que tiemblen los machistas, América Latina será toda feminista!, coreaban las manifestantes durante algunos tramos de la marcha, que empezó en el Mirador Sur, el parque urbano más importante del Distrito Nacional, y terminó frente al edificio de la Procuraduría General de la República y la Suprema Corte de Justicia, y cerca del Congreso Nacional, en el Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo.
Hubo muchos guiños a la ola feminista que recorre América Latina: desde las consignas hasta las pañoletas verdes que recuerdan a las que usaron manifestantes argentinas en favor del derecho al aborto seguro en los hospitales públicos.
La Marcha de las Mariposas finalizó con una presentación artística. Xiomara Fortuna, artista que ha reivindicado la afrodominicanidad, interpretó la bachata Que vuele, que en contraste con Eres mía, de Romeo Santos, es una oda al amor en libertad. Fortuna invitó al escenario al cantante Roldán Mármol, y llamó a los hombres a involucrarse en esta lucha por la igualdad y la justicia.
Posteriormente, Maridalia Hernández, Adalgisa Pantaleón y Natalie Peña Comas interpretaron una canción en honor a las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, asesinadas por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, y en cuyo honor se conmemora cada 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Minerva Mirabal utilizó el seudónimo “Mariposa” durante sus actividades clandestinas para derrocar al régimen de Trujillo. El pasado domingo, las dominicanas reivindicaron su legado para politizar un problema social que por muchos años se consideró privado: la violencia contra las mujeres, producto de un sistema político patriarcal. Al finalizar la presentación artística, un grupo gritaba:
“Somos las hijas de las mariposas”.
*Riamny Méndez Féliz es coproductora y conductora de Libertarias, el segmento sobre mujeres, feminismos y nuevas masculinidades de La República Radio