Fotos de Ana María Abruña Reyes
Es un jueves clásico en Río Piedras, de esos en los que los artesanos y el jugo de parcha dominan El Boricua, cuando escucho a mi lado a un joven decirle a alguien por teléfono: “Mira, llégale a Chuwi”.
Él sigue andando, seguro que esa sola mención es suficiente para convencer a la persona al otro lado del teléfono. Lorén Aldarondo Torres –vocalista de la banda puertorriqueña Chuwi– está casi lista para subir a la tarima. Luce unos mahones y un bikini estampado con la bandera de Puerto Rico, de esas piezas que siempre queremos comprar en el Viejo San Juan, pero nos cohibimos de hacerlo. Una de las canciones que ella y el resto de los integrantes de la banda –sus hermanos, Willy y Wester, y Adrián López– incluirán en el repertorio será Mundi, una oda a la querida elefanta del zoológico de Mayagüez que fue trasladada a los Estados Unidos tras el cierre de este polémico espacio el año pasado.
La barra riopedrense está repleta de cientos de espectadores de todas las edades que se sienten identificados con las canciones de este cuarteto, entre ellas, la de la trágica historia de la elefanta que tuvo que emigrar de Puerto Rico para conseguir una mejor calidad de vida. De pronto, Chuwi aparece en el escenario, ante los aplausos y gritos de los presentes que se menean en la calle Saldaña al grito de “le lo lai”.
¿Cómo se explica este humor –bordeando en lo trágico– a alguien fuera de Puerto Rico?
“Una canción puede describir un sentimiento entero, y nunca se dice la palabra del sentimiento necesariamente, pero describe el sentimiento en la complejidad”, dice Aldarondo Torres al otro día del concierto, mientras se bebe un chai latte en un restaurante bullicioso de Santurce. “La gente lo entiende porque lo ha vivido”, agrega.
A la cantante de 23 años le ha tocado vivir las desdichas de la isla desde Isabela y Mayagüez, donde estudió hasta graduarse como química en el Colegio (recinto mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico). Ahora trabaja como mesera en un restaurante en Aguadilla, una experiencia que también la ayuda a ver las consecuencias y comportamientos de un país que depende del turismo, atraviesa una gentrificación masiva y contiende con el machismo.
“Cuestionamos todo, cuestionamos la realidad», expresa Aldarondo Torres sobre el proceso de escritura para la banda, que ella dice puede tardar horas con un solo verso. Luego, recita una línea de la canción Mundi: “la gente venía a mirarme, por mi belleza admirarme”. Tras unos segundos en silencio, añade, “para mí, esa es la experiencia de mesera trabajando con turistas que te ven y te dicen ‘Puerto Rican princess’”.
Gracias a canciones como Tierra, Durmiendo y Tikiri, Chuwi ha logrado plasmar los problemas económicos y sociales de Puerto Rico de una manera que refleja muy bien la actitud boricua de “reír para no llorar”. Desde el deseo por “la tierra que me prometió Marín” hasta el titubeo de irnos o quedarnos de la isla, la banda cambia la palabra “indecisión” por “Tín marín de dos tingüé”.
Esa astucia lírica ha ganado a la banda más de 15,000 oyentes mensuales en Spotify, una audiencia leal y presentaciones con artistas como Buscabulla, Andrea Cruz y Chango Menas. Como toda buena banda en Puerto Rico, Chuwi también pasó por el rito de tocar en el Festival Claridad en abril, así como en las Justas de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) y el festival de arte urbano Santurce es Ley.
Chuwi también es parte de los artistas creando mezclas deliciosas entre géneros musicales del Caribe —piensa en el tumbao de RaiNao con Gualero REFF12.31 o el swing que explota en Después de la playa de Bad Bunny— logrando trascender su talento a través de las antillas y más allá.
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Con una pista pegajosa, el cuarteto de Isabela nos habla del éxodo masivo a través de nuestra amiga en Nueva York que parece que le va bien. Habla de la economía con tan solo un número: 7.25 (hasta el 2021 el salario mínimo federal). Aborda la historia violenta de Puerto Rico a través de un viaje en barco desde África.
Para Aldarondo Torres es imposible no pensar en Calle 13 cuando reflexiona sobre su propia agrupación. Al igual que la famosa banda puertorriqueña, la hermandad es clave para un entendimiento musical que va más allá de lo verbal, un lazo que le da carácter a la fusión de pistas urbanas y crítica social. Pero más que todo, la cantante reconoce el talento de iLe, quien, además es hermana de Residente y Visitante, entre las mejores artistas que han salido de Puerto Rico.
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“iLe canta canciones no comerciales y las hace comerciales,” dice Aldarondo Torres antes de tomarse una pausa y decir “I can’t wait to meet her”.
Aprovecha entonces para agradecer a todas las mujeres que se atrevieron a tomar un micrófono y treparse en una tarima antes que ella, reconociendo que se le hubiese hecho más cuesta arriba como mujer negra lograr lo que logrado en el siglo pasado. “Tengo el honor de poder presentarme con mi pelo rizo en la tarima…”, afirma.
A la cantante no le gusta ser la protagonista del cuarteto de Chuwi, pero entiende por qué a veces sus fanáticos le imponen esa responsabilidad, nunca sin dejar de tirarle flores a sus hermanos Willy y Wester, y a su amigo Adrián.
Mientras se toma su café en Santurce, un hombre sentado en la mesa de al lado se para y se acerca a ella, “¿tú eres la de Chuwi?”. La joven de 23 años asiente y él le extiende su mano en forma de puñito y le pide que lo siga en Instagram. Al rato, dos mujeres se acercan y se presentan.
La miro incrédula, sorprendida de que ya goza con ese nivel de fama, con ese reconocimiento público que trae consigo hasta solicitud de favores de personas desconocidas que actúan como si la conocieran. Creo que ella también le sorprende por la mirada que me lanza.
Pero Aldarondo Torres se tendrá que acostumbrar al reconocimiento porque las puertas se siguen abriendo. Este verano, la banda brincará el charco para tocar su primer concierto fuera de Puerto Rico.
Irá a una ciudad que dio pie con bola en recibir a la ola de puertorriqueños que se fugaron de la isla durante el período de “Pan, Tierra y Libertad” del gobernador Luis Muñoz Marín: Chicago. La banda, que tiene una discografía con dos terceras partes de ese lema, conocerá a los más de 97,000 puertorriqueños que residen en la ciudad dentro del estado de Illinois, cada cual con su razón de haberse mudado allí.
“Nosotros no estamos en la posición de decir que si te vas estás mal”, expresa Aldarondo Torres. “Es una crisis que está hablado con palabras finas, pero no se ha hablado emocionalmente”.
Los ojos de la cantante resaltan con pasión cuando habla sobre el tema. Ni llega a terminarse el latte. “Ese proceso transitorio, emocionalmente, no se le ha dado suficiente atención”, concluye, decidida a seguir dándole voz y palabras al complejo y doloroso proceso del exilio.