Santo Domingo, República Dominicana. –El último domingo de julio se celebró el Día del Padre en la República Dominicana. Este año, la fiesta transcurrió más o menos como siempre: con publicidad de regalos para papá en redes sociales y medios tradicionales, reportajes en los diarios sobre los padres (recalcando que sí, que hay muchos que son buenos y responsables), y quejas públicas en Facebook y en Twitter porque ellos no reciben la misma atención que las madres.
Estas quejas son un reflejo de conversaciones cotidianas en el país, como cuenta la periodista dominicana Margarita Brito en el artículo Día del padre, ¿día del perro? : “Quizás muchos consideren rudo y fuerte el término, pero no lo digo yo, lo dicen muchos padres decepcionados por la poca importancia que las mayorías dan a este día y al escaso movimiento en las principales arterías comerciales de Santo Domingo, en comparación con el día dedicado a las madres dominicanas”.
Cierto, a cambio de tener la responsabilidad casi exclusiva por los cuidados de los hijos y el hogar en la mayoría de los casos, las madres dominicanas reciben halagos, felicitaciones y poemas el último domingo de mayo. Y en general, son idealizadas, casi adoradas, pero tienen poco apoyo de los padres y del Estado en las tareas de crianza. El despliegue de afecto hacia las madres no se compara con la atención que reciben los padres, que, en general, se involucran menos en la vida de los hijos (no se enojen padres, sabemos que muchos de ustedes son muy buenos, el tema es estructural).
“En 2010, levantamos el dato de cómo interactúan los niños con sus padres. Los niños y niñas menores de cinco años que interactúan con el padre, tienen menos de un 6.4 % de la interacción mínima necesaria para un buen desarrollo infantil, y la cifra subió a un 10%, en el 2019, según la encuesta ENHOGAR. Ahora se necesitan nuevos datos para ver cómo ha seguido evolucionando el tema. La interacción mínima se refiere a tareas simples, nada del otro mundo, se trata de hablar y jugar con los niños”, explica el trabajador social, investigador y punto focal de género de UNICEF en República Dominicana, Felipe Díaz.
De todos modos, el Día del Padre, como siempre, hubo mensajes de felicitaciones desde las instituciones del Gobierno y del sector privado, en los que se rescata su rol de proveedores. En su cuenta de Twitter, la Presidencia de la República publicó: “¡Feliz día a todos los padres dominicanos! Desde la presidencia, extendemos nuestras felicitaciones a cada padre dominicano, por su incansable labor, al ser pilar y sustento de sus familias”.
Pero hay novedades, en comparación con otros años y sobre todo con otras décadas. Se empiezan a posicionar discursos que van más allá del papá como “sustento” de la familia. Hay grupos feministas que abogan con más énfasis por cuidados compartidos y crianza responsable, y, además, cada vez más hombres hablan sobre la paternidad desde la ternura, y la necesidad de tiempo para estar con sus hijos desde el nacimiento o la adopción.
La cuenta de Instagram Resetéate, coordinada por jóvenes feministas, publicó en un post: “Paternidades presentes y responsables, familias fuertes. Ayyy papáaaaas. Paternidad es corresponsabilidad, y corresponsabilidad es tiempo”.
Licencia de paternidad y tiempo para cuidar
Sin embargo, la sociedad y el Estado dificultan que los hombres se integren en la crianza: tanto por los estereotipos de género y los discursos sobre masculinidades autoritarias, como por asuntos prácticos, como la falta de tiempo y de políticas públicas que permitan conciliar la vida privada y el trabajo.
En el sector privado, de acuerdo con el artículo 54 del Código de Trabajo de la República Dominicana, los hombres solo tienen derecho a dos días calendario de permiso cuando les nace un hijo: “El empleador está obligado a conceder al trabajador cinco días de licencia con disfrute de salario, con motivo de la celebración del matrimonio de éste; tres días, en los casos de fallecimiento de cualquiera de sus abuelos, padres e hijos, o de su compañera, y dos días para el caso de alumbramiento de la esposa o de la compañera debidamente registrada en la empresa”.
Pero, algunos hombres ya empiezan a protestar por las limitaciones que les impiden cuidar y disfrutar a sus hijos recién nacidos y acompañar a sus compañeras tras el parto. Debido a esa preocupación y a la incidencia de organizaciones sociales, algunas empresas han ampliado los días disponibles para los padres de bebés recién nacidos.
“Se hizo un movimiento en el sector privado, en una parte, no en el grueso, no en las PYMES, ni en empresas informales. En grandes empresas, se ha hecho una sensibilización muy buena que ha dado resultados. Algunas empresas han extendido sus licencias a 7, 10, y hasta a 21 días. Es un logro”, explica Díaz.
Para que ese beneficio se extienda a todo el sector privado, el diputado José Horacio Rodríguez, de Opción Democrática, impulsó, junto a otros de sus compañeros, un proyecto de ley que, de ser refrendado por el Senado y promulgado por el Poder Ejecutivo, tal y como fue aprobado por la Cámara Baja, ofrecerá a los padres diez días laborales de licencia cuando nazca su bebé o adopten un niño.
Aprobar la iniciativa en la Cámara de Diputados conllevó un largo proceso de negociación, debido a intereses de empresarios que no querían asumir ni la ausencia del empleado ni los costos económicos de la licencia, y a prejuicios y estereotipos de género de legisladores que entendían que los padres no necesitaban tanto tiempo para cuidar a los niños.
“La propuesta original era un mes, luego bajamos a quince días. Logramos que se aprobaran 10 días laborables”, recuerda José Horacio Rodríguez. Además, se negoció que los gastos en los que incurran las empresas por la licencia serán pagados por el sistema de Seguridad Social. La ley dominicana contempla una licencia de 12 semanas para las madres, que la pueden utilizar por completo después del parto o dividirla entre las últimas semanas de embarazo y el posparto.
Entre los diputados que se opusieron a que los padres de recién nacidos disfrutaran de 15 días de licencia para atender a sus bebés, estuvo Tulio Jiménez Díaz, del Partido de la Liberación Dominicana. De acuerdo con una noticia publicada en el Listín Diario, dijo: “En cinco días, usted tiene tiempo para darle calor a su bebé, estar en familia y luego ir a hacer de lo que usted vive, que es laborar, porque la vida tiene que ser vivir del sudor de su frente”.
No todos los hombres piensan como el diputado Jiménez. La preocupación por tener más participación en el cuidado de los bebés también ha estado presente entre trabajadores del Gobierno. Y para ellos se amplió hasta 15 la cantidad de días de permiso de los que disponen los padres de recién nacidos. Estos días pueden ser utilizados de forma consecutiva o espaciada, según las necesidades de cada familia y la decisión del padre, como se establece en el decreto 312-22 del 14 de junio de 2022.
Este decreto también otorga un permiso de un día cada mes, durante los primeros 12 meses para llevar el bebé al médico y hasta tres permisos al año de tres días entre los tres meses y los cinco años del niño para situaciones especiales. Estos últimos permisos son tanto para padres como para madres.
Así que se dan pequeños pasos, pero en la República Dominicana queda mucho por trabajar, explica el investigador Felipe Díaz, quien destaca que la sociedad debe comprender el gran impacto que tiene en el bienestar de los niños y niñas, la presencia del padre y la madre en la crianza.
A su juicio, se necesita, sobre todo, un gran cambio cultural. “Hay todo un imaginario de que criar es cuestión de mujeres, no hay un entendimiento popular de cuál es el rol masculino. Por eso, las redes se llenaron de comentarios de gente que dice que el hombre no da leche, cuando se habló de licencias de paternidad”.
Díaz es padre de una niña, de 10 años, y cuenta que siempre pudo lograr algún grado de conciliación laboral que le permitiera dedicarse a los cuidados. Cuando la niña nació, trabajaba en una universidad y su jefa en ese momento le permitió tener 15 días libres para dedicarse a su bebé, aunque la institución no tenía ninguna política oficial en ese sentido. Posteriormente, en trabajos tanto del sector privado, como en el sector público y la Cooperación ha logrado hacer arreglos para, por ejemplo, llevar su niña al médico, ante la mirada de asombro de enfermeras que preguntan por la madre.
Pero estas ventajas no las tienen la mayoría de padres trabajadores. Y los hombres que se ganan la vida en la economía informal no pueden ni aspirar a la conciliación. Por ahora, el sistema de seguridad social dominicano no contempla alternativas para que trabajadores como los vendedores ambulantes puedan parar unos días y cuidar a sus recién nacidos o a sus hijos recién adoptados.