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Lo que conocemos (y los espacios en blanco) sobre la muerte sospechosa de Shannel Colón Ponce

La familia de Shannel Colón Ponce se manifiesta frente a la cárcel de mujeres de Bayamón

Fotos por Cris Seda

Transcurrieron 41 días desde que Shannel Colón Ponce, de 23 años, fuera arrestada bajo cargos de apropiación ilegal de vehículos hasta su muerte, en la tarde del pasado jueves, 2 de junio, en el Centro de Rehabilitación de Mujeres del Complejo Carcelario de Bayamón. 

De acuerdo con los informes preliminares del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR), “Shannet” –como ella se hacía llamar– se suicidó mientras era trasladada, luego de ducharse, hacia su celda. Sin embargo, ante las múltiples inconsistencias en la información brindada a los familiares y amigos de Colón Ponce, estos no descartan que se haya tratado de una muerte violenta en la que estén involucrados guardias penales.  

Lee aquí: La violencia sistémica que rodea la muerte sospechosa de Shannel Colón Ponce en la cárcel

En entrevista con el medio Todas, la secretaria del DCR, Ana Escobar Pabón, detalló la cronología de la muerte sospechosa de la paciente de salud mental basándose en los informes preliminares preparados por el personal que atendió el incidente, debido a que aún no se ha reunido con los oficiales correccionales presentes al momento de la muerte de la joven.  

  • Colón Ponce, quien debía recibir- por orden del tribunal- evaluaciones psicológicas por parte del DCR, fue enviada al Hospital Psiquiátrico de la Administración de Corrección porque tuvo que ser “estabilizada” con un tratamiento adicional al que ya se encontraba sometida. 
  • El miércoles, 1 de junio, la joven de 23 años recibió el alta médica. “Una vez la estabilizan y entienden que puede recibir el tratamiento de manera ambulatoria, regresa a prisión”, afirmó Escobar Pabón. 
  • En el Centro de Rehabilitación de Mujeres, Colón Ponce fue ubicada en el segundo piso del área de segregación administrativa; la compañera más cercana se encontraba en el primer nivel. En los días siguientes, la joven se uniría al resto de la población correccional. 
  • El jueves, 2 de junio, la confinada regresó, cerca de las 5:15 p.m., a su celda luego de ducharse. No obstante, Colón Ponce salió, presuntamente, de su unidad de vivienda con “una tela amarrada en el cuello”, y ató el otro extremo en un tubo que se hallaba en el pasillo frente a la celda, lanzándose “al vacío”.  
  • La oficial –que se encontraba en el primer nivel cerciorándose de que Colón Ponce entrara a su celda– observó lo sucedido e intentó socorrer a la joven para evitar que se quedara sin oxigenación. Sin embargo, pese a la ayuda de más personal correccional y uno de enfermería que estaba repartiendo medicamentos y al presunto intento de reanimación cardiopulmonar (RCP), la joven madre de una niña de 4 años falleció. 
  • La secretaria del DCR confirmó que, en el área donde sucedió el accidente, había cámaras de seguridad. Sin embargo, no pudo asegurar que estuvieran funcionando porque, al momento de los hechos, no había, presuntamente, servicio eléctrico, y se desconoce aún si los dispositivos funcionan con generador eléctrico. De acuerdo con declaraciones escritas de la empresa LUMA Energy provistas a Primera Hora, el servicio de energía eléctrica se encontraba funcionando al momento de la muerte. No obstante, Escobar Pabón, en entrevista con el medio Todas, negó estas expresiones e informó que ese día se realizaron dos querellas (8:06 a.m. y 2:18 p.m.) por la falla eléctrica. 
  • En un comunicado de prensa, la directora del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), María Conte Miller, se limitó a indicar, ayer, jueves, que “la causa y la manera de la muerte de la mujer está pendiente”. Ante preguntas de Todas, la portavoz del ICF indicó ayer, jueves, que la entidad gubernamental espera por la investigación del Negociado de la Policía de Puerto Rico para precisar de mejor forma la causa del fallecimiento de Colón Ponce. 

Las preguntas sin respuesta

No obstante, la secretaria del DCR no pudo llenar los siguientes espacios en blanco que existen alrededor de la muerte sospechosa de Colón Ponce: 

  • En la única visita que la tía de “Shannet”, Laura Ponce, hizo al centro penitenciario, luego que la joven estuviera aislada un mes por los protocolos de COVID-19, observó que su sobrina presentaba signos visibles de violencia; tenía rasguños en el rostro y el pecho. ¿Por qué Colón Ponce se encontraba en estas condiciones? 
  • ¿Qué evento o situación provocó que Colón Ponce debiera ser “estabilizada” con un tratamiento psicológico adicional en el Hospital Psiquiátrico de la Administración de Corrección? 
  • ¿Cuánto tiempo Colón Ponce estuvo internada en el Hospital Psiquiátrico de la Administración de Correción? 
  • De acuerdo con la secretaria del DCR, cuando un paciente de salud emocional recibe el alta médica para reincorporarse a la comunidad penal, lo hace bajo recomendaciones médicas, como mantenerse sin contacto con el resto de la población penal, impedirle el “uso de [ciertos] materiales en caso de que haya presentado ideación suicida” o si requiere otras intervenciones con el psiquiatra. ¿Cuáles fueron las recomendaciones médicas para tratar a Colón Ponce? 
  • ¿Cuándo fue la última ocasión en la que Colón Ponce se comunicó con el trabajador social que tenía asignado su caso? 
  • ¿Cuánto tiempo transcurrió desde que, presuntamente, la joven de 23 años salió de su celda con “una tela amarrada en el cuello”, la amarró en el tubo del pasillo y los oficiales correccionales socorrieron a Colón Ponce para evitar que se quedara sin oxigenación? 
  • ¿Dónde la Policía y la Fiscalía hallaron el cuerpo de Colón Ponce al acudir al lugar del incidente? ¿En el pasillo o en la unidad donde estaba viviendo la joven?  

La familia a la espera de explicaciones 

La noche previa al fallecimiento de la joven de 23 años, su mamá, Jahaira Ponce, presentía que su hija “no estaba bien”. La mañana del viernes, 3 de junio, llamó al trabajador social de Colón Ponce –como hacía diariamente–, y le realizó varios cuestionamientos que el encargado del caso evadió. Al final de la conversación, Ponce le preguntó: “Mi hija, ¿tiene vida?”, y el trabajador social le indicó que su hija se había suicidado. 

“Tú crees que está en un complejo de rehabilitación y cuando tú la entregas ahí, crees que está segura, como te está diciendo el [trabajador] social, que todo está bien, que todo está bajo control y te la entregan sin vida”, dijo la madre de la joven en entrevista con Todas, mientras reclamaba respuestas en una protesta con familiares frente al complejo correccional.   

Ponce, quien reside en el estado de Pennsylvania, viajó a Puerto Rico porque quería conocer los detalles de lo sucedido con su hija, y no fue hasta la noche del martes, 7 de junio que se pudo reunir con la secretaria de Corrección. En esta reunión, Escobar Pabón le explicó los datos que tenía hasta el momento y aceptó los cuestionamientos e inquietudes de la progenitora sobre las irregularidades en la versión brindada y le aseguró que serían investigados. 

La familia de Colón Ponce se encuentra desde el miércoles frente al complejo carcelario reclamando que se investigue si la muerte fue producto de la violencia de los oficiales penitenciarios y no de un suicidio como revelan los informes preliminares del DCR. 

De acuerdo con los familiares de “Shannet”, una madre que visitó a su hija en la cárcel le confirmó, al salir, que “los guardias la golpearon [a la joven de 23 años] hasta matarla”. 

“Esto está bien fuerte porque si yo me hubiera quedado callada y me hubiera creído el cuento de ellos, iba a ser primero la mía [hija], pero sabrá Dios a cuántas más iban a matar. Ellos ponen lo que ellos quieran poner porque esta justicia y gobierno de Puerto Rico es todo un encubrimiento… Por eso, estamos aquí. Yo no voy a preparar el cuerpito de mi niña hasta que se haga justicia”, declaró la madre de Colón Ponce. 

“El dolor es más fuerte y más largo porque eso a mí nunca se me va a sanar. Esa era mi hija, mi primera niña. Yo tengo una nieta que tengo que estarle diciendo cosas porque no sé cómo decirle que mamá nunca va a llegar. Es demasiado”, agregó. 

Según la secretaria Escobar Pabón, la investigación administrativa en la que se debe analizar lo ocurrido con Colón Ponce no debe tardar más de 45 días. 

Proceso cargado de irregularidades desde el inicio 

Colón Ponce era una bailarina que residía, hace siete años, en el estado de Pennsylvania junto a su familia e hija de 4 años. Sin embargo, según su madre, el año pasado, comenzó a presentar desórdenes de salud mental, por los que era tratada médicamente. 

De acuerdo con la madre de la joven, esta buscó la manera de viajar a Puerto Rico y comenzó a robar, debido al estado de su salud emocional, vehículos de motor como parte de un “juego”. 

“Lo cogió como un juego porque no se llevó nada de los carros, los dejaba tirados en otro lado. Ella no sabía la gravedad de lo que estaba haciendo. Comoquiera, hizo algo que no está bien. Así que, nosotros, la familia, para que no le pasara nada en la calle, decidimos entregarla”, sostuvo la progenitora. 

La familia de la joven de 23 años confió en que el DCR atendería las circunstancias emocionales que afectaban a Colón Ponce. 

El pasado 22 de abril, cuando su familia la entregó a la Policía, Colón Ponce denunció, frente a las cámara de Noticentro, que los oficiales la maltrataron al no tener en cuenta que tenía una fractura en el brazo cuando la esposaron, encerrarla en lugares fríos por presuntamente “portarse mal” y no proveerle alimento. 

A partir de esta fecha, los familiares de Colón Ponce perdieron el contacto con la joven a pesar del “sinnúmero” de ocasiones en la que estos acudieron al complejo penitenciario en busca de información. 

“Pasó más de un mes que no le permitieron [a Colón Ponce] ni una llamada. O sea, le privaron el privilegio de hacer una llamada. Eso ya era una preocupación bien fuerte porque yo decía: ‘¿Por qué la nena no me llama?’”, expresó la madre de la joven. 

Transcurrió más de un mes desde que “Shannet” fue arrestada hasta que recibió la visita de su tía Laura, debido a la presunta cuarentena que debió cumplir por la COVID-19. 

“Si hubieran tenido empatía un momentito, este dolor no lo estuviéramos pasando. Esta pérdida es tan grande. Ella no era un perro, era una niña. ¿Que estaba enferma? Sí, la salud mental es real”, destacó la progenitora de Ponce Colón.

*La periodista Valeria María Torres Nieves colaboró con esta historia


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