(Foto: Ana María Abruña Reyes)
Se dan por sentado los espacios de la ciudad. Nos aferramos a modelos de planificación que “racionalizan” y aspiran a hacer rentable la urbe desde el lucro. Pero así como la violencia de género #NoEsNormal, la ciudad tampoco debe verse como un conjunto de espacios neutrales, normales y apolíticos. Por el contrario, son entornos instrumentales que también reproducen aquellas ideologías dominantes, incluyendo las que posibilitan el patriarcado y las distintas manifestaciones de la violencia machista.