(Foto: Facebook Construyamos Otro Acuerdo)
Van más de 10 años desde que Áurea Cruz se retiró como trabajadora social y comparte su pensión junto a su familia y su nieta, a quien ayuda con el pago de sus estudios graduados. Lo mismo pasa con Migdalia Pérez, también trabajadora social retirada y a cargo del sustento económico de sus sobrinos.
“La vida y los alimentos en los supermercados cada día son más caros. También, están subiendo la luz y el agua y tampoco hay acceso a una vivienda digna para las personas de bajos ingresos. La gente pensionada de ahora va a terminar más pobre que nosotros”, evaluó Cruz, también portavoz del Colegio de Trabajadores Sociales en Defensa de las Pensiones.
Como Áurea y Migdalia, existen miles de mujeres más que son el motor económico de la familia y se han afectado seriamente ante los constantes recortes al sistema de retiro y sus beneficios.