Fotos por Valeria María Torres Nieves
Eran las seis de la tarde cuando Alexandra Acosta Vilanova se proponía comprar huevos en un colmado aledaño a su apartamento, en Santurce. Tenía el presentimiento de que no debía ir, pero pensó: “Yo no voy a depender de nadie”. Acto seguido, un carro la persiguió y el hombre que lo conducía la invitó a su casa. Sintió miedo. Fue víctima de acoso callejero.