Cada vez que escucho a la gobernadora Wanda Vázquez Garced en una conferencia de prensa o algún mensaje, me retrotraigo a la niñez. Recuerdo a mi mamá (perdón, mami, por compararte) regañándome porque no hice lo que me mandó o porque, en efecto, me caí, me mareé, me dieron cero, porque no la escuché.
Dicen por ahí que las madres siempre tienen la razón y, mira, a veces sí.