Cuarenta y tantos años después de empezar a acompañar a sobrevivientes de agresión sexual en los tribunales, todavía tengo viva en mi memoria la voz de un juez que, en tono fuerte y autoritario, interrumpió y regañó a la testigo-víctima que, a preguntas del fiscal, intentaba explicar la secuencia de actos violentos que contra ella había cometido el acusado. “No vuelva a decir que el acusado la violó. A usted no le corresponde determinar si el acusado la violó o no. Le corresponde decidirlo al tribunal y, para eso, estamos aquí”.