(Ilustración por Mya Pagán @myashi)
Recuerdo la última vez que vi vídeos en televisión de restaurantes y barras donde la gente brincaba y gritaba con una emoción que parecía no caberle en el cuerpo. Fue cuando Mónica Puig ganó la primera medalla de oro olímpica para Puerto Rico en el 2016. También recuerdo otras tantas veces en que Tito Trinidad ganaba una de sus tantas peleas por “knockout”, en esos días gloriosos de la década de 1990. Anoche volvió a suceder. Nunca había visto un vídeo en que celebraran hasta en un avión. Esta vez, fue Jasmine Camacho Quinn al ganar la segunda presea de oro para el medallero boricua. Una joven puertorriqueña negra criada en Estados Unidos que, teniendo la opción de representar al país donde creció, escogió correr con el nombre del terruño que vio nacer a su mamá escrito en el pecho.