(Foto de archivo)
Ante la reciente decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos para que las personas gestantes que decidan interrumpir un embarazo, mediante píldoras abortivas, tengan que visitar una clínica durante la pandemia, un grupo de abogadas discutió las restricciones del aborto en la nación norteamericana y sus repercusiones en Puerto Rico.
(Imagen para la campaña ¡Cambia ya!, de Puerto Rico, por la artista Mónica López)
Las redes sociales han sido pieza clave para que los trabajos de educación en torno a la erradicación de la violencia machista sigan adelante en Puerto Rico, República Dominicana y Cuba, a pesar de las restricciones, retos y distanciamientos físicos que trajo consigo la pandemia por el COVID-19.
La Red de Albergues de Violencia Doméstica de Puerto Rico maneja una doble crisis frente a la emergencia salubrista causada por la COVID-19: atender y mantener seguras a las víctimas de violencia doméstica durante la pandemia sin los recursos necesarios para hacerlo.
Así lo describieron varias directoras de los albergues en la isla al referirse al reto que ha representado trabajar con el problema de violencia doméstica sin que el gobierno les reconozca como servicio esencial. Abundaron en que la situación de doble riesgo se ha profundizado ante la vista larga del Estado, que aseguran, no ha facilitado la continuidad de los servicios que proveen durante los pasados siete meses.