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Mujeres en la música: hacer camino sobre campo minado

Brenda Hopkins, Mareia Quintero, Ana María Hernández, Adriana Santoni

(Fotografías de Ana María Abruña Reyes)

Cinco mujeres músicas compartieron algunas de sus vivencias abriéndose camino en el quehacer de su arte, un camino que, según describió la pianista Brenda Hopkins, es campo minado. Y es que los éxitos de cada una han estado acompañados de experiencias en las que las han subestimado como artistas solo por ser mujeres, las han hostigado y las han boicoteado.

Ana María Hernández: “He luchado desde muy pequeña para lograr mi espacio”

Ana María Hernández en conversatorio Mujeres en la Música: Desafíos para la equidadAna María Hernández, flautista de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y profesora de música, empezó desde niña a estudiar su instrumento, y temprano se topó con obstáculos que tuvo que superar para hacerse del lugar que hoy ocupa.

“El que ve hoy día la orquesta, quizá no tiene idea de toda la trayectoria y de todo lo que he pasado para poder estar allí tranquila y poder hacer mi trabajo. Pero, eso empezó desde pequeñita. Me acuerdo de compañeros, a quienes quiero mucho -ellos no tienen la culpa-, les daban tremendas ventajas de conseguir los festivales y a mí, en una esquina”, expuso.

He tenido que crear mi propia ruta. A pesar de que tengo los grados, me he tenido que enfrentar a la invisibilización. A veces, tengo solos y no me llaman a pararme, me he tenido que pararme”, recordó.

A su llegada a la Orquesta Sinfónica, dijo, las mujeres recibían muchos comentarios sobre su cuerpo. Ella misma, según contó, tuvo que llevar un caso por hostigamiento que le tomó siete años resolver. El resultado del tiempo de lucha, ha significado que otras mujeres no tengan que vivir lo que ella y otras que llegaron antes sí. Comoquiera, la representación de las mujeres en la Orquesta aún no es ni de un tercio de su composición, estimó.

Adriana Santoni: “Tomó tiempo ganarme el respeto de otros compañeros músicos en el espacio”

Adriana Santoni, de Plena Combativa, en conversatorio Mujeres en la Música: Desafíos para la equidadAdriana Santoni es percusionista y fundadora y directora del proyecto político y cultural de mujeres pleneras Plena Combativa.

“Cuando pienso cómo me siento siendo mujer en la música, pienso que es una gran responsabilidad. Siento que particularmente en el género en que me desempeño, que es la plena, es un género muy machista en Puerto Rico. Una vez comencé a aprender el requinto, me enfrentaba a todos los hombres lucíos competitivos en los plenazos, que buscaban la primera oportunidad que les diera el cantante para demostrar sus habilidades en el pandero y yo era “la nena”, tú sabes, que por estar en tarima “vamos a darle un chancecito para que la gente vea cómo toca”. Tomó tiempo ganarme el respeto de otros compañeros músicos en el espacio”.

Otro reto que enfrenta, mencionó, es la resistencia que se ha encontrado en algunos espacios a los temas políticos, de crítica social y feministas que definen a Plena Combativa.
Sin embargo, el grupo si ha conseguido calar.

“Me di cuenta de la posibilidad de llevar ese mensaje a través de la plena”.

Brenda Hopkins: “Las historias de hostigamiento son muchas”

Para llegar a ser pianista, compositora, arreglista, improvisadora, líder de grupo y productora, Brenda Hopkins se tuvo que idear su propia estrategia de crecimiento musical.

Brenda Hopkins en conversatorio Mujeres en la Música: Desafíos para la equidad

El ser mujer música es una experiencia como ir a través de un campo minado. Lo primero que la gente te dice cuando le dices que eres música, te preguntan si eres cantante. Ese sí ha sido un rol que tradicionalmente se le ha dado especialmente a la mujer, y si tocas un instrumento, se asume que es música clásica -lo que no tiene nada de malo-”, contó para demostrar cómo los estereotipos insisten en encajonar a hombres y mujeres en roles específicos.

En mi caso, las historias de hostigamiento son muchas y hay muchos nombres y muchos momentos en los que surgieron. Las que más duelen, cuando estás estudiando música, es normal que se forme una relación con tus profesores porque ellos son tus ídolos, son personas que quieres emular y yo sentía que mis compañeros varones tenían acceso a ellos y a una información que ellos tenían que yo no iba a poder tener porque si yo trataba de estar tan cerca como ellos, se iban a dar unas situaciones -que se dieron-, que presentaban una afrenta a quién yo era como persona. Desde bien temprano tuve que desarrollar una forma de crecer por mi propia cuenta, de no depender de otras personas, ir creando un método que me permitiera crear la música que yo quería hacer. Este campo minado, que es real, a la misma vez va construyendo unas fortalezas dentro de uno porque sin ellas no estaría aquí todavía”.

Hopkins compartió que antes de haber trabajado para el Instituto de Cultura Puertorriqueña, esta entidad le pidió que escribiera un artículo sobre la mujer en el jazz.

Como parte de su investigación, abundó sobre la época en que los hombres partieron a la Segunda Guerra Mundial y las mujeres asumieron su parte en las agrupaciones de jazz. Al acabar la guerra, quisieron recuperar ese espacio y los artículos de periódico y los debates postulaban sandeces como que una mujer no podía tocar bien un saxofón porque llevaba un brasier que le afectaba la respiración. Además, se les obligaba a usar pelucas y tenían que tocar sus instrumentos sonriendo; no podían hacer muecas ni gestos.Brenda Hopkins

Al final de su escrito, estableció que en Puerto Rico, en el único festival de jazz que había entonces, que era el de Heineken, solo había participado una mujer instrumentista, y que si había habido participación de mujeres, habían sido cantantes.

“El organizador llamó al instituto a protestar que ese artículo había que corregirlo, escribió una carta. Yo contesté la carta, también ingenuamente, pero genuinamente”, contó sobre la reacción.

“Eso me costó, que yo nunca he tocado en el festival de Heineken. Y si yo voy a tocar en un evento, la Heineken retira el auspicio. Y eso es una de las minas que una va encontrando en el camino. Yo lo he tomado como que para mí es, incluso, un honor, ser la única música de jazz en Puerto Rico que no ha tocado en el festival de Heineken.

Lizbeth Román: “Si no te ven como la jevota, te ven como una niña pequeña”

Lizbeth Román en conversatorio Mujeres en la Música: Desafíos para la equidadLizbeth Román es cantautora y teatrera. Lleva desde 2009, según ella misma describe, “dando candela entre guitarra y garganta”.

Tiene dos producciones discográficas, Lizbeth Román y los duendes invisibles, y La otra ruta.

“Cuando una presenta su proyecto como que a los dueños de negocio les parece chistoso o súper tierno, y eso son pistas: significa que estamos en un sistema patriarcal, que si no te ven como la jevota, te ven como una niña pequeña”.

Agregó que “el chiquiteo”, ese querer reducir a la mujer a un objeto ya sea por que inspire deseo sexual según concebido desde el patriarcado o ternura que provoque desconfianza y cuidados extremos, es uno de los mayores obstáculos con los que se enfrentan las mujeres en la música.

“Cuando las mujeres tenemos que entrar dentro de unos estereotipos para tener muchos followers, o que nos tomen en serio en una industria o para estar al mismo nivel que el hombre, que se viste como quiere, entonces hay hablarlo. Esa es una de las dificultades; la objetivización”.

Parte de eso, son las discusiones con técnicos de sonido que no reconocen sus solicitudes como música protagonista de su arte.

Emma Colón Zayas: “Un sonidista me apagó el sonido porque no estaba de acuerdo con lo que yo estaba pidiendo”

Colón Zayas aprendió a tocar el cuatro y el güiro a los seis años y ha sido la primera y única mujer en ganar tanto el Certamen Nacional del Güiro, como el Certamen Nacional de Cuatro, ambos del Instituto de Cultura Puertorriqueña.

También ha tenido experiencias con sonidistas machistas. “Un sonidista me apagó el sonido porque no estaba de acuerdo con lo que yo estaba pidiendo”, contó.

Además, relató que como líder de agrupación, ha tenido que enfrentar comportamientos hostiles.

“Ver a una mujer que dirige una agrupación, que hace las gestiones que conlleva tocar en una tarima, cobrar… se han puesto bien bravos conmigo. Nunca me he dejado amedrentar, he sido brava también”.

Las cinco músicas fueron parte del conversatorio Mujeres en la Música: Desafíos para la equidad, realizado el 4 de diciembre de 2018, en Casa Ruth, Río Piedras. La moderadora fue Mareia Quintero.

Conversatorio Mujeres en la música: Desafíos para la equidad

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