Convocados por el Comité Amplio para la Búsqueda de la Equidad (CABE), un grupo de personas colocó juguetes rotos frente al Capitolio, en San Juan, como símbolo del daño que provocan las “terapias” de conversión en menores y adolescentes.
Convocados por el Comité Amplio para la Búsqueda de la Equidad (CABE), un grupo de personas colocó juguetes rotos frente al Capitolio, en San Juan, como símbolo del daño que provocan las “terapias” de conversión en menores y adolescentes.
(Foto de archivo)
Este es momento para que las iglesias que se cantan muy liberales y aliadas se sienten a preguntarles a sus jóvenes y adolescentes queer cómo se sienten en sus comunidades eclesiásticas, y sentarse a reparar. Porque si ellxs desean pertenecer a ese espacio, tienen el derecho a que se les respete su dignidad, libertad y verdad.
Ante la discusión pública sobre el Proyecto 184 para prohibir las “terapias” de conversión, especialistas en salud mental, trabajo social y derechos humanos avalaron la medida y desmintieron algunos argumentos que están siendo utilizados para que los senadores le voten en contra.
La Comisión de Iniciativas Comunitarias, Salud Mental y Adicción, presidida por el senador independiente José Vargas Vidot, comenzó ayer, miércoles, el primer día de vistas públicas para atender el Proyecto del Senado 184, que busca enmendar la Ley 408 (2000), conocida como Ley de Salud Mental de Puerto Rico, y enmendar la Ley 246 (2011), Ley para la Seguridad, Bienestar y Protección de Menores.
(Foto de archivo)
Desde los 12 años hasta los 19 años, fui a unos campamentos de verano religiosos que no eran terapias de conversión, pero en los que se permitía que líderes eclesiásticos conservadores y bandas fundamentalistas de rock cristiano dirigieran cultos, en los que se “exorcizaba” a las personas visiblemente queer del corillo.