(Foto de archivo de Ana María Abruña Reyes)
Cuando pienso en el Día de las Madres, me arropa una serie de contradicciones con las que me embarullo todos los años, mucho más desde que me convertí en madre. Recuerdo mi escepticismo en fechas como esta hasta que, en los primeros meses de pandemia, cuando todxs estábamos encerradxs en nuestras casas y yo tenía ya como cinco o seis meses de embarazo, un carro se estacionó en la vereda de enfrente, bajo la ventana de nuestra casa.