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Una obstetra y una partera se unen ante el cierre de las salas de parto

La ginecóloga obstetra Sara Montalvo Medina en unión a la partera certificada Rebecca García Ortiz, son las encargadas de un programa de vanguardia que opera en Ponce

Nota de la editora: Este reportaje fue publicado originalmente en el medio Es noticia

Era viernes al mediodía, la clínica Obstetrics and Gynecology Health Center (Ob-Gyn) ubicada en la PR- 14 en Ponce, estaba abarrotada de embarazadas, algunas acompañadas por sus parejas y otros familiares.

Con una enorme panza y tendida en una de las camillas de la clínica, Carolina Rojas, –casi en sus 40 semanas de preñez– llevaba puestas las correas de monitoreo fetal. La futura madre pariría en el hospital, pero su cuidado prenatal ha estado a cargo de una partera, que ese viernes se ocupaba de monitorear los latidos del bebé.

Ante el cierre de salas de parto por la escasez de profesionales de la salud y la dramática baja en las tasas de natalidad, emerge un proyecto pionero en el sur de Puerto Rico que combina la obstetricia con la partería. El programa es liderado en Ponce por la ginecóloga obstetra Sara Montalvo Medina en unión a la partera certificada Rebecca García Ortiz.

El concepto híbrido funciona hace tiempo en países de Europa y en varios estados de Estados Unidos, entre ellos, Oregón, donde hay una práctica amplia en partería y un programa de estudios universitarios en la disciplina milenaria que representa una alternativa para embarazos de bajo riesgo.

Carolina optó por esta clínica para su segundo parto –tiene una niña de año medio– por el sistema que Montalvo Medina y García Ortiz han desarrollado. “Las mujeres en el embarazo requerimos a veces de mucha ayuda, educación, orientación. Ellas son super recomendadas (la doctora y la partera) y aunque tienen muchas pacientes, tienen un sistema y un control excelente. Es un consultorio que tiene todo”, sostuvo Carolina, quien es enfermera de profesión.

Su esposo, José Hernández, quien la acompañaba en la cita, dijo que en este centro han encontrado todo lo que buscaban, “que era el servicio para ella y el niño, calidad y el apoyo que muchas veces ellas necesitan”. “Aquí tienen quiroprácticos, masajistas, las parteras, la doctora”, enumeró sobre los múltiples ofrecimientos.

Carolina, quien tuvo a su pequeño Matías poco después de este reportaje, sostuvo que es consciente de que en Puerto Rico hay una baja considerable en natalidad, pero subrayó que el embarazo es una decisión personal, y que en la decisión de parir influye la seguridad de empleo, los seguros de salud y el cuido del menor, un servicio que ya no ofrecen los centros de trabajo. “Un hijo es una bendición, pero también, cambia la vida y uno tiene que tener la madurez para afrontar eso y poder criar bien. No es una tarea para los abuelos, tíos, sino que corresponde a uno”, señaló sobre la importancia de tener un embarazo deseado.

Los desafíos del embarazo

Alma Vega, quien es natural de Arroyo y reside en Patillas, aguardaba también en la clínica por su cita de seguimiento. Su embarazo es de alto riesgo. Tiene 27 semanas (siete meses de embarazo). “Casi ahora me dijeron que pesa dos libritas”, expresó con una sonrisa la futura madre, quien llegó a la clínica por recomendación de una compañera de trabajo.

“He tenido muchos desafíos. Estamos en pie de lucha y adelante”, susurró la paciente, quien perdió sus primeros dos embarazos. “Con el favor de Dios seremos una futura mamá de ese varoncito que es anhelado que llegue con salud para alegrarnos la vida a mí y a mi esposo”, sostuvo la técnica de farmacia, cuyo parto por ser de alto riesgo debe ser en el hospital.

“Las familias tienen esa opción que les da la doctora, ellas pueden parir aquí en el cuarto de parto, pueden parir en su casa o pueden parir en el hospital”, explicó la partera.

“Cada vez hay menos médicos, pues podemos trabajar en acuerdo para ayudar a los médicos y servir mejor a la población, a las mujeres puertorriqueñas y a la familia, es lo que la doctora trata de hacer aquí”, afirmó García Ortiz.

La partera Rebecca García Ortiz

Las parteras atienden el cuarto de parto

La doctora Montalvo Medina, con una experiencia de 11 años en la obstetricia y ginecología, dijo que hace cuatros años incorporó la partería a la clínica para que las personas gestantes tengan alternativas diferentes de parir. “Lo creamos como alternativa para las pacientes que querían parir fuera del hospital, pero también estar cerca porque aquí estamos a unos minutos del Centro Médico Episcopal San Lucas, que es donde practico. Es una alternativa saludable donde va a estar manejada la paciente. Esto realmente es un cuartito de parto, no es una sala per sé de parto, pero es una alternativa buena para parir”, subrayó la doctora. Detalló que el cuarto de parto está en funciones desde hace un año.

“Parir aquí es parir en paz, en armonía, es un parto respetado en el proceso de la paciente, dirigido, bajo supervisión de personas cualificadas y bien importante, no intervenido y respetado. Acá pueden venir los familiares que la paciente desee, incluyendo niños que los hemos tenido experimentando el parto”, describió Montalvo Media.

En estos partos la doctora no interviene aunque destacó que se mantiene pendiente del proceso. “Si surgiera alguna complicación que requiera manejo de hospital, ahí entro yo como médico. Si hubiera alguna laceración que hubiera que coger puntos, que hasta ahora no ha pasado, lo haría yo”, explicó la médica.

El cuarto de parto, ambientado con una fuente para la relajación, con aromaterapia y con una bocina para escuchar música, cuenta con tanques de oxígeno, tanto para la madre como para el recién nacido, y equipo de resucitación cardiovascular.

Para el proceso del parto la paciente puede optar por parir de pie, acostada o sentada en una silla plástica similar a las que utilizaban antiguas civilizaciones indígenas en madera o en piedra. También se les coloca una pequeña piscina por si deciden dar a luz en el agua.

Natural de Sabana Grande, la partera García Ortiz relató que el 90% de los partos se dan en salud. “Aquí le ponemos una piscinita, tienen opciones para el manejo de dolor, tienen su baño con su duchita y las mamás se mueven buscando su espacio, buscando manejar su proceso de una manera que les permita que sea lo más natural posible con las menores intervenciones posibles, pero con un estándar óptimo de monitoreo de salud”, aseguró la comadrona, quien hizo estudios en partería en The Birthing Place, en el Paso, Texas.

Desde su estreno hace un año, el cuarto de parto ha sido escenario de cuatro alumbramientos asistidos por García, acompañada de parteras asistentes. Allí cortan el cordón umbilical del recién nacido y lo entregan a la madre. También les ofrecen cuidado posparto en la casa, pruebas de cernimiento neonatal y apoyan a la familia con el proceso de lactancia.

“Damos seguimiento en las citas posparto. También damos seguimiento en lo que las familias necesitan para empezar el proceso de crianza del bebé de una manera saludable”, sostuvo la partera.

Obstetra: “se puede trabajar en equipo

La doctora Montalvo Medina dijo que acogió el proyecto vanguardista porque “pienso que lo óptimo para el sistema de salud es trabajar en equipo, cada uno tiene su misión, pero el trabajo en equipo es lo ideal siempre”.

Narró que unió a la partera Rebecca García Ortiz a su oficina médica hace unos cuatro años, después de conocerse en 2020 durante la emergencia que desataron los terremotos en el suroeste. La obstetra acudió entonces a prestar servicios a una clínica para mujeres en Sabana Grande, de la que era parte la partera, quien asistía a embarazadas que dormían a la intemperie en casas de campaña improvisadas.

“Hemos visto de todo, hay pacientes que prefieren tener su parto en la casa, y es respetado, y también tenemos las pacientes que quieren parir en el hospital. Estamos abiertos a la alternativa que prefiera la paciente. La partería es algo que se debe tomar en cuenta como alternativa para el sistema de salud y para la crisis porque hay una crisis y es real. Si se puede trabajar en conjunto, es lo ideal”, observó la doctora.

La ginecóloga obstetra Sara Montalvo Medina junto al equipo de trabajo de Obstetrics and Gynecology Health Center (Ob-Gyn)

“Definitivamente cuando trabajamos en equipo las cosas funcionan mucho mejor. Es una buena alternativa que se puede hacer, se está haciendo ya y si miras al futuro ojalá más médicos tomen esa posición, sería lo ideal”, recalcó la obstetra, quien es natural de Ponce y estudió en la Escuela de Medicina en la Ciudad Señorial y en el Centro Médico de Río Piedras, donde hizo su especialidad.

“Este es un sistema probado que baja el índice de cesáreas, puede dar un mejor servicio a las pacientes y donde tenemos un profesional que puede dedicarse a patologías serias si le ayudamos a trabajar mujeres con un embarazo saludable y con una supervisión óptima. Podemos servir a mayor cantidad de gente y podemos aliviar el trabajo médico”, apuntó García Ortiz, quien trabajó como educadora en lactancia y como doula, antes de certificarse como partera. Recordó que las parteras certificadas tienen estudios clínicos de cuidado prenatal, bienestar del recién nacido y salud reproductiva, mientras las doulas, son acompañantes para manejar el dolor.

En sus partos en el hospital, la doctora dijo que, al igual que en la partería, las pacientes pueden escoger el modo de parir. “Promovemos que cambien de posición. A veces están muy asustadas y las paramos para que puedan manejar mejor el dolor y esto promueve que el parto se acelere”, sostuvo Montalvo Medina, quien compartió que ha asistido varios partos de pie en el hospital.

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