A raíz de la desinformación y tergiversación sobre lo que es la perspectiva de género, esta herramienta para combatir la desigualdad ha recibido una connotación negativa. Su incorporación en el currículo de las escuelas públicas en Puerto Rico ha sido puesta en tela de juicio y retrasada, aun décadas después de recomendaciones de especialistas en el tema de prevención de violencia de género.