(Foto por Adam Nieścioruk en Unsplash)
Un ruido lejano comienza a despertar mis sentidos, y, cada vez, se hace más ensordecedor. Estiro mi mano, y, sin todavía estar consciente del todo, lo apago. Dos minutos más tarde lo vuelvo escuchar, pues es hora de levantarme. Tomo mi celular, aún con los ojos cerrados, y veo que son los 6:45 de la mañana, pero leer, en mis notificaciones, que la cifra de casos y víctimas por COVID-19 ha aumentado termina por despertarme.