Las vidas negras puertorriqueñas importan

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(Foto cortesía de Mikey Cordero / Defend Puerto Rico)

El asesinato de George Floyd, el 25 de mayo de 2020, a manos del policía de Minnesota Derek Chauvin, causó conmoción en Estados Unidos y reavivó el movimiento #BlackLivesMatter (#LasVidasNegrasImportan – traducido al español) a nivel internacional.

En Puerto Rico, el Colectivo Ilé organizó una vigilia, el 1 de junio de 2020, en los predios de El Ancón, en el municipio de Loíza. El evento sirvió, además, para recordarle al país que en Puerto Rico también las vidas negras importan. Esa tarde, con un poderoso y emotivo mensaje, Marta Villanueva relató cómo la vida de su hermana Adolfina Villanueva Osorio, una mujer afroloiceña, le fue arrebatada a su familia el 6 de febrero de 1980. Adolfina fue asesinada por la Policía al defender su hogar en medio de una orden de desahucio.

Sorprendidas por la belleza de la zona, en medio del altar para rendir homenaje a las vidas negras y el toque de bomba, algunas personas que asistieron al evento compartieron que era la primera vez que iban al pueblo de Loíza. Reconocieron que habían crecido con la idea de que Loíza era tierra de nadie, un lugar peligroso, un terreno de criminalidad.

Lee aquí: Altar para George Floyd en Loíza junto a Adolfina Villanueva

Según los datos del Censo 2010, el 64% de la población de Loíza se autoidentifica racialmente como negra.

Al día siguiente, el 2 de junio, la Colectiva Feminista en Construcción convocó una manifestación a favor de “Las Vidas Negras Importan” frente a La Fortaleza, en el Viejo San Juan.

En la actividad, junto a otras lideresas del movimiento antirracista, tuve la oportunidad de expresarme para denunciar el racismo antinegro que sobrevivimos las personas evidentemente negras en Puerto Rico. Curiosamente, en la calle de la Resistencia, escaseaban las personas visiblemente negras puertorriqueñas por las que estábamos exigiendo equidad racial. Cuando Shariana Ferrer Núñez, de la Colectiva, hizo un llamado para que las personas negras pasáramos al frente de la multitud, confirmé cómo operan la racialización y el colorismo en Puerto Rico.

Se dice fácil que se es negra o negro o que no se es racista porque somos una mezcla. Sin embargo, se desconocen las experiencias de racismo antinegritud que sobreviven cotidianamente las personas visiblemente negras.

La lucha antirracista no es una moda, y el racismo no puede ser un tema que se despacha en una intervención radial o televisiva en menos de 10 minutos. 

¿Dónde viven las personas negras? ¿Qué necesidades tienen las comunidades racializadas como negras? ¿Qué educación reciben las personas negras? ¿Qué aprenden las personas negras sobre sus antepasados? ¿En qué lugares trabajan las personas negras? ¿Cómo son representadas mediáticamente las personas negras? ¿Con qué se asocian las personas negras socioculturalmente? ¿A qué servicios de salud tienen acceso las personas negras? ¿Cuántas personas negras ocupan posiciones políticas?

Estas son algunas de las preguntas que, como país, debemos hacernos. Estas son las interrogantes que las políticas y los políticos deben formularse. Responderlas debería llevarles al reconocimiento del racismo antinegro y a la implementación de políticas públicas antirracistas que les garanticen derechos humanos y equidad racial a todas las personas negras en el archipiélago. Inclusive, responderlas permitiría reflexionar y entender, sin justificar, por qué, por ejemplo, la senadora negra Nayda Venegas Brown apoya la candidatura de Donald J. Trump -candidato a la presidencia de EE.UU. por el que no puede votar-, y se retrata en un residencial público rodeada de hombres armados y un menor de edad.

Las pocas personas negras que históricamente han coqueteado con la idea de un puesto político o que lo han ostentado deben agradecer a la lucha antirracista que se ha librado desde las ancestras y los ancestros esclavizados, cimarrones y libres, y deben expresar que el racismo no es un asunto superado ni mucho menos vivimos en una era posracial.

A días de las elecciones, pregúntese y pregúnteles a sus candidatas y candidatos políticos qué están haciendo y qué harán para erradicar el racismo antinegro en Puerto Rico, pues Las Vidas Negras Puertorriqueñas Importan.

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