“Que todo el mundo sepa que en Puerto Rico las mujeres estamos luchando como trabajadoras, por un ambiente sano, por las comunidades, por los presos políticos, por la niñez, en defensa de la cultura y de todo derecho que pretenden quitarnos constantemente. Queremos que todo el mundo sepa que las mujeres en Puerto Rico apoyamos, exigimos y estamos luchando por la independencia de Puerto Rico”
– Lolita Lebrón Sotomayor
Dolores ‘Lolita’ Lebrón Sotomayor se ha convertido en un símbolo de inspiración para muchas mujeres puertorriqueñas y anticolonialistas en el mundo.
Aunque no se ha encontrado evidencia de que ella misma se definiera como ‘feminista’, sus acciones denunciaron y derrotaron al machismo imperante en su partido y en su época.
El simbolismo de su figura abarca a una mujer colonizada, una costurera de Lares, y luego Nueva York, quien lideró a otros tres compañeros a atacar al Congreso de Estados Unidos, en 1954. Congreso colonizador que ejercía, y todavía ejerce, poder absoluto sobre su patria.
Una mujer que aceptó responsabilidad de todo. Que nunca se arrepintió ni aceptó continuas ofertas de excarcelación si eso significaba reconocer al invasor como juez.
Una mujer que, ya en libertad y en su vejez, regresó a ser arrestada en la lucha de Vieques contra la marina de guerra estadounidense. Y que en el día de su descanso eterno, las multitudes de mujeres que se reflejaron en su integridad, dijeron presente para darle el adiós terrenal y la bienvenida a la eternidad.
En honor al natalicio de Lolita, celebrado el 19 de noviembre, te compartimos tres frases suyas ante el machismo.
Dentro de su partido
Lolita era miembro del Partido Nacionalista de Puerto Rico. Al preguntársele sobre la reacción de otros miembros ante su posición como líder, respondió con una firmeza que resuena hasta la actualidad:
“Fue un poco negativa. Pues, siempre existe el machismo, tú sabes. Es el machismo tradicional a través de todos los siglos y aún está bastante arraigado en Puerto Rico y en el movimiento de liberación (…) Ese sistema de que la mujer es inferior al hombre; que si la pudiéramos callar cuando ella habla; que ella no debía de hablar porque ella va y dice algo que a nosotros no nos cae bien o ella tiene un estilo diferente. El hombre desea que una obre con el pensamiento de él. Todavía el hombre no ha realizado que nosotros estamos liberándonos, ¿verdad? Ahora, la mujer nacionalista está liberada, yo quiero que tú sepas eso. A nosotros no nos detiene nadie. Absolutamente nada nos detiene en la senda de la lucha. Encontramos muchísimos obstáculos pero no nos importa porque la consagración no es al obstáculo ni a esos hombres, sean quienes ellos sean. Es a la lucha, la causa, la Patria”.
Dentro del hogar
Lolita se radicalizó tras experimentar el racismo en las fábricas textiles de Nueva York.
A ese despertar político, se le añadió su análisis de las realidades de las demás obreras que estaban casadas y que sufrían la tiranía también en su hogar.
Es pertinente notar su conciencia de género al preguntársele sobre la razón detrás de su proceso de politización. La lareña contestó explícitamente así:
“La opresión de las mujeres puertorriqueñas, que además de cuidar sus casas y familias, tenían que trabajar fuera para regresar a casa a bregar con esposos difíciles”.
Ante el invasor
Era el año 1998, y en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez se organizó una vista de congresistas estadounidenses para consultar al pueblo sobre un proyecto de status conocido como el proyecto Young.
Lolita asumió un turno en el que se presentó como la líder del ataque anticolonialista del 1 de marzo de 1954.
Un congresista se atrevió a intentar detener su discurso. La ofensa de un líder invasor queriendo liderar un debate en un país que no es el suyo no pasó desapercibida. Así le ripostó la revolucionaria:
“Voy a terminar ya. ¡Yo quisiera que en mi país nadie me tuviera que mandar a callar por defender la libertad de mi país y ella no se ha encontrado todavía! Señores: No hay odios, no hay nada. Solamente lo que hay es el derecho de un pueblo a ser libre. Nada, nada, nada trabajará aquí nada más que la total y plena liberación del pueblo de Puerto Rico. Muchas gracias«.
Lolita seguirá siendo un referente feminista por sus acciones y sus palabras.
La realidad de una puertorriqueña luchando toda su vida contra su opresor inspira en más aspectos de lo que tal vez ella misma imaginó al subir esas escalinatas del Capitolio en Washington, en 1954.
Es importante nombrar y honrar a nuestra heroína para futuras generaciones desde su propio verbo.
Que estas tres frases sirvan de referente para conocer la profundidad de Lolita como mujer y símbolo.
¡Qué viva la lareña Lolita Lebrón Sotomayor!
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Referencias:
Convocatoria a actividad: 100 mujeres por la independencia, 2008.
Entrevista, 1979, Gloria Waldman, CUNY
Nationalist Heroines: Puerto Rican Women History Forgot, 1930 – 1950s, Olga Jiménez de Wagenheim, 2016.
Vistas del Proyecto Young, 1998, WIPR