(Fotos suministradas)
Estar frente a una cámara puede ser intimidante para las mujeres que han sido parte de una red de tráfico humano. Con ese dispositivo, les tomaron fotografías o vídeos que se convirtieron en transacciones económicas, en las que ellas no tenían voz para decidir sobre sus cuerpos.
La fotógrafa y motociclista estadounidense Lauren Trantham descubrió qué representaba su cámara cuando decidió realizar sesiones de fotos a mujeres sobrevivientes del tráfico humano. El sonido del click despertó episodios difíciles de olvidar.
Trantham miró a través de su lente y apretó el botón de su cámara para regalarles a cada de una ellas una foto con su nuevo reflejo. Las participantes tuvieron la oportunidad de contemplar la cara y la figura de alguien que existe, de alguien que es libre.
En el 2016, Lauren se montó en su Ducati Monster para recorrer 10 mil millas por el norte de Estados Unidos. Por ocho semanas, la motociclista se detuvo en distintos rincones para hacer visibles, mediante una foto, a 37 mujeres que se habían sentido invisibles en la sociedad.