(Fotos por Ana María Abruña Reyes)
Primera llamada. Un espacio de amor e inclusión para la comunidad
“¡Buenas noches, Loverbar! ¿Cómo la estamos pasando, corille?”
Una multitud aplaudió y vitoreó en respuesta al mensaje de apertura de una de las empleadas de la novel barra riopedrense.
El entusiasmo era palpable en la noche de aquel viernes, 26 de febrero. Aunque la cantidad de gente era limitada debido a la orden ejecutiva que el gobierno de Puerto Rico mantiene vigente por la pandemia de la COVID-19, los gritos de júbilo fueron tan estruendosos que se escucharon frente a la entrada de Loverbar, en el Paseo de Diego, en Río Piedras. Una de las querendonas del lugar, Adi Love, dio la bienvenida en tarima y anunció que en minutos comenzaría la función. El evento artístico de dragas titulado Las Trashy Queens cerraría el famoso mes en el cual se celebra y defiende el amor para todes. Sería la clausura de un febrero en el cual se recalcó la importancia de continuar impulsando las luchas por la equidad, la recuperación justa y el derecho a una vivienda digna para todas las personas en Borikén.