No hay nada como sentarse a ver una película. A veces, cuando las luces se apagan, el proyector parpadea y comienzan a iluminarse las escenas, sientes que has encontrado tu nueva película favorita. Era más fácil encontrar esta sensación durante nuestra niñez. Todo se sentía nuevo, maravilloso e impresionante. A medida que envejecemos, nos volvemos más escépticos y cautelosos, buscando ese sentimiento nuevamente. Llega el punto en que lo anhelamos y es algo así como una sed insaciable. Si tú también te sientes así, te puedo decir que Everything Everywhere All at Once es como un vaso lleno de agua fresca.