Fotos por Ana María Abruña Reyes
Naomi Ramírez aparece en el umbral de la puerta de una casa en cemento y madera ubicada en el corazón de Santurce. Dentro de la residencia a dos aguas, está su mamá Tirza Rivera y una de sus tías maternas, Helem, quienes están atareadas recogiendo, limpiando y reorganizando la antigua estructura.
Pantalón ancho, crop top y tenis, Nao – como le dicen sus allegados – saluda con seguridad y se ubica en una de las sillas que está en el balcón de la casa. De inmediato, sube una de sus piernas en el asiento y reposa su codo sobre la rodilla, en busca de comodidad. Sentado en el piso, listo para escuchar y atender la conversación está su hermano Nataniel, compinche, manejador y baterista de RaiNao, propuesta que hace dos años ella armó y con la que ha tomado al género urbano por sorpresa, dándole visibilidad y voz a las mujeres en toda su diversidad.