(Fotografía del performance “Hilando mariposas”, por Inmágela Abreu)
(Santo Domingo, República Dominicana).- La calle Puerto Rico, de Alma Rosa, en Santo Domingo Este, es un hervidero de mujeres llorosas, enojadas, asustadas y hartas que decidieron denunciar la violencia de parejas o exparejas y las violaciones sexuales de conocidos o extraños. Ellas forman fila ante una fiscalía que representa una de las mayores conquistas de las luchas sociales para enfrentar la violencia machista en la República Dominicana.
Pero las fiscalías, junto a la Policía y el sistema de justicia, fallan con frecuencia en detener a los agresores y en proteger a las víctimas antes de que ocurra el feminicidio. Las víctimas o alguien cercano a ellas ya habían denunciado a sus agresores ante las autoridades en, al menos, el 10% de los feminicidios íntimos que ocurren en el país, de acuerdo con un levantamiento de casos realizado para esta investigación. Pese a las advertencias, no lograron evitar los crímenes.