Aún recuerdo como hoy, la primera vez que leí a Magali García Ramis. Estaba en mi clase de español avanzado de cuarto año cuando me topé con uno de sus ensayos más famosos Los cerebros que se van y el corazón que se queda, que forma parte de su libro La ciudad que me habita (1997). En aquel momento, yo no estaba consciente de las realidades del país. Crecía en el oeste de la isla de Puerto Rico y estaba lejos de imaginarme que hoy estaría escribiendo sobre esto.