En 1995, la maestra de educación especial Sonia Rivera Rivera participó de su primera manifestación como parte del magisterio. No recuerda cuál era específicamente el reclamo, pero sí que estuvo con sus dos hijos mayores, Griselle y Jorge. A uno lo llevaba en sus hombros; a otro, en un coche. Les alternaba a medida que caminaba.
Con el pasar de los años, se fueron sumando sus hermanas. Poco a poco se convirtieron en seis hermanas maestras que luchan juntas por las causas justas.