La tendencia comenzó con un bizcocho. Consistía en un evento de celebración que, en apariencia, era inofensivo, pero que con el paso del tiempo se transformó en movidas peligrosas, de riesgo, y, ha sido, incluso, causa de cientos de hectáreas quemadas, casas destruidas y vidas perdidas.
Se trata de las fiestas de revelación de sexo, conocidas en inglés como gender reveal parties, cuya tradición se remonta al 2008, cuando la bloguera Jenna Karvunidis cortó un bizcocho. Luego, subió las fotos a su blog para revelar, con el color rosa, el sexo de su primera hija cuando estaba embarazada. Desde entonces, la ambición por hacer este tipo de fiestas de formas más creativas, deja consecuencias muy marcadas.