Desde hace unos años, hemos visto un aumento de espacios dirigidos a apoyar a personas trans y no-binaries en Puerto Rico. Hemos sido testigos de cuántos espacios surgieron con la intención de proveer alivio a una de las comunidades más desventajadas dentro del colectivo LGBTIQAP+: desde clínicas de servicios de hormonas, pruebas de infecciones de transmisión sexual hasta barras que contratan a personas trans. Dichos proyectos, organizaciones y negocios se proclamaron, desde un principio, como “espacios seguros” para toda persona trans, cuir, no-binaries y LGBTIQAP+ en general que asistiera a estos.