(Fotos suministradas)
Debido a la crisis sanitaria de la COVID-19, el silencio y la soledad habitan los espacios públicos del mundo desde mediados de marzo. Los bares, restaurantes, tarimas, teatros —y todos los demás lugares que suelen conjuntar el gentío con la música— solo custodian el mutismo del desamparo.
Los artistas, responsables de abarrotar los espacios con sus cantos e instrumentos, permanecen en sus casas. Sus agendas ya no registran presentaciones. Algunos músicos, como la cantautora puertorriqueña Raquel Sofía, planificaron usar el tiempo de la cuarentena para componer más.