(Fotos por Alejandra Lara Infante)
La palabra hogar, además de evocar imágenes de un techo que brinda refugio con acceso a agua, electricidad y comida, es también para muchas personas un altar, un lugar para cultivar los pensamientos, seguridad para ser libres y una forma de autosustento para vivir en armonía con la naturaleza.
Estas descripciones de lo que representa un hogar surgieron este sábado durante el Diálogo Adolfina Villanueva sobre el Derecho a la Vivienda Digna y a la Pertenencia que convocaron el Colectivo Ilé, organización dedicada a erradicar el racismo, y EspicyNipples, red transfeminista puertorriqueña, en la Casa Dominicana, en Santurce, donde se invitó a la comunidad LGBTTQIAP+. El objetivo del encuentro fue generar discusiones y entendimiento sobre el estado de las comunidades negras y pobres que carecen de vivienda digna en la isla.
Se trata, en específico, de “comunidades que no tienen la titularidad de sus hogares, comunidades en alto riesgo de ser desplazadas, mujeres que han perdido sus hogares inhumanamente por prácticas bancarias cuestionables, la falta de acceso de recursos legales y de abogacía y la inhabilidad de entender los complicados procesos que se gestan en los espacios de poder a espaldas de estas comunidades”, expuso Kimberly Figueroa Calderón, organizadora comunitaria de Colectivo Ilé.
La discusión tiene como contexto la crisis de vivienda que enfrenta Puerto Rico como consecuencia de la recesión económica que inició, en 2006, y que quedó agravada significativamente luego del paso de los huracanes Irma y María. Según el estudio “Housing Crisis” (Crisis de las Viviendas) del Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College en Nueva York y la Escuela de Planificación de la Universidad de Puerto Rico, en comparación con Estados Unidos, Puerto Rico tiene la mayor cantidad de hogares vacantes. Para junio de 2018, cuando se publicó el estudio, el valor de propiedad había disminuido desde 2005 en un 10%, mientras el ingreso de las familias se había reducido en más de un 5% en el mismo periodo de tiempo.
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Para fomentar la conversación, las organizaciones colocaron las sillas para la actividad en forma de círculo. Consiguieron así romper con la estructura jerárquica tradicional que suele dar el poder al locutor sobre los participantes de la actividad. En este caso, la asistencia incluía a miembros de la comunidad LGBTTQIAP+ e inmigrantes.
Las moderadoras, entre ellas la fundadora de la revista Étnica, Gloriann Sacha Antonetty Lebrón, utilizaron la fotografía como herramienta para iniciar la conversación sobre vivienda digna. A cada integrante se le asignó traer una foto que consideraran la representación de una casa. Mediante la escritura creativa, reflexionaron sobre lo que debería ser un hogar y, luego, compartieron sus escritos con el grupo.
Ante la carencia de espacios seguros, tejieron escritos conmovedores, inspiradores, llenos de ilusión y pensados desde el amor.
“Lugar seguro donde siempre puedo volver”.
“Mi hogar es siempre mi comunidad”.
“Nos sembramos desde lo que sentimos y no lo impuesto”.
“Un espacio en donde estamos en armonía con los ciclos de la luna y el sol”.
“Me amo, me amas. Entro y salgo porque soy libre”.
“La caída de mi lágrima y la tuya: sanamos”.
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Para finalizar la actividad, los participantes y las moderadoras realizaron un ejercicio para identificar a las organizaciones con las que podrían contar para mejorar el acceso a viviendas para personas de escasos recursos y cómo convertir en aliadas a personas que, actualmente, se oponen u obstaculizan su derecho a la vivienda digna.
Para continuar fomentando el diálogo, el Colectivo Ilé volverá a reunirse el 16 de noviembre, en Adjuntas.
Si tú o una persona que conoces está pasando por un proceso de desahucio y requieres orientación o ayuda, puedes escribir al correo electrónico del Colectivo Ilé, info@colectivo-ile.org.