(Foto de Marisol Díaz)
La dramaturga puertorriqueña Alejandra Ramos Riera sabe que, desde el espacio teatral, se defienden convicciones y se denuncian injusticias.
Ella convoca a los espectadores, los involucra en la trama y, luego, los sorprende como si les echara un balde de agua fría para que reflexionen sobre asuntos que a algunos no les gustaría abordar en una conversación.
Este acercamiento lo hizo mientras impulsó sus piezas cortas con la compañía Teatro la Azotea, en San Juan, donde literalmente presentaba sus propuestas en una azotea, y ahora lo hará a través de la obra Saben a mar, en la ciudad de Nueva York.
En este trabajo hablará sobre las terapias de conversión, que consisten en unas prácticas y tratamientos que intentan cambiar la orientación sexual o la identidad de una persona, y que han sido descritas por individuos y organizaciones internacionales como una violación de derechos humanos.