Foto de archivo de Ana María Abruña
Mensaje de Zoán Tanís Dávila Roldán, de la Colectiva Feminista en Construcción, ante organizaciones puertorriqueñas en la diáspora en el Puerto Rico Freedom Rally, celebrado en Dag Hammarskjold Plaza, el 20 de junio de 2024.
Buenas tardes, mi nombre es Zoán Dávila y formo parte de la Colectiva Feminista en Construcción, organización política militante feminista-negra y decolonial, localizada en el archipiélago de Puerto Rico. Nos organizamos para combatir la violencia antinegra, la violencia machista, el capitalismo y el colonialismo, con el objetivo de lograr nuestra liberación colectiva. Quiero darle las gracias a los organizadores de este rally y a las distintas organizaciones de la diáspora, que nos han acogido y acompañado durante las pasadas semanas, demostrando que desde adentro y desde afuera del archipiélago hay un solo pueblo puertorriqueño en lucha por la liberación de nuestro país.
Durante la mañana de hoy (20 de junio de 2024), presentamos por primera vez ante el Comité de Descolonización. En esta coyuntura, para nosotras era importante sumarnos a las voces que históricamente han asumido la tarea de denunciarle a la comunidad internacional las violencias del coloniaje. La compañera Shariana decía en su ponencia que el colonialismo sabe reformularse con los tiempos: extrae, esclaviza, se asienta y nos priva de los medios necesarios para nuestra supervivencia. El colonialismo se reinventa para mantener su poder. Pero a esa violencia colonial la desenmascaramos, la resistimos y la combatimos.
Algo hay que dejar claro. No vinimos aquí a rogar ni a pedir que se reconozca que somos una colonia porque nosotras sabemos nuestra verdad. Vinimos a decirle a los gobiernos del mundo que Estados Unidos es una farsa. Vinimos a continuar con la labor que iniciara nuestra compañera Lolita, nuestro compañero Rafael Cancel, de por los medios que fuese, denunciar y quitarle la máscara de falsa democracia al imperio. Hoy, más que nunca, en momentos donde el imperialismo se hace tan visible, tangible y repudiable en el mundo entero a través del genocidio del pueblo palestino, tomamos ejemplo también de ese pueblo valiente, que lucha, que resiste y que sin lugar a dudas vencerá. No han podido aniquilarnos, seguimos aquí. Somos la suma de la sangre boricua que corre por nuestras venas y se esparce por el mundo. Haremos de cada desplazada una militante, y de la diáspora el cuerpo combatiente que dará la lucha para descolonizar a Puerto Rico desde las entrañas del imperio. Boricua hasta en la luna, compañeras; Boricua hasta la liberación de nuestra patria.
¡Qué viva Puerto Rico Libre!