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La deuda: violencia machista y racista

Colectiva Feminista en Construcción 8 de marzo / Ana María Abruña

(Foto de archivo de Ana María Abruña Reyes)

Cuando se argumenta que la pobreza tiene rostro de mujer y que las políticas de austeridad tendrán el mayor impacto negativo en las mujeres, no se pretende normalizar el vínculo entre ellas y las condiciones de precariedad económica experimentadas por cada vez más familias en Puerto Rico. A juicio de la activista feminista Shariana Ferrer Núñez, estos planteamientos sobre género y pobreza más bien deben utilizarse como herramientas para denunciar los principios violentos que rigen a instituciones de poder como el gobierno y el sector de la banca.

“Una de las maneras en que ha estado operando el neoliberalismo es vincular las políticas de opresión a individuos. Partimos de cómo afecta más a las mujeres. Yo creo que hay que revertir un poco esa premisa. Es cómo esa política está pensada desde unas nociones de violencia de género”, expresó Ferrer Núñez.

“Cuando mencionamos quiénes han gobernado este país desde siempre. ¿Quiénes han gobernado este país?: hombres blancos. Todas las políticas que hay, han partido desde esas instituciones. Van pensadas desde ese ser, desde ese sujeto político”, añadió la también integrante de la Colectiva Feminista en Construcción.

Siendo políticas gestadas desde las experiencias e intereses de grupos privilegiados, las consecuencias adversas recaerán principalmente sobre aquellos cuerpos que las esferas de poder han querido marginalizar por medio de la reducción y eliminación de servicios esenciales. Para Ferrer Núñez, estos cuerpos no solo deben entenderse desde una perspectiva de género, sino también partiendo de un análisis de raza y clase.

“En el caso particular de las mujeres y de las mujeres negras y racializadas, no es decir ‘bueno, nosotras la estamos viviendo peor y hacer como una segregación en los grupos’. Es que la manera en la que opera esa política pública es pensando en que aquí no va a haber tal distinción. Todos somos sujetos racializados ante una relación colonial”, sostuvo.

Las expresiones de Ferrer Núñez se dieron el pasado martes en el contexto de la celebración del foro Nosotras contra la deuda, evento auspiciado por la Colectiva Feminista en Construcción, y que, además, contó con la participación de Eva Prados, del Frente Ciudadano por la Auditoría de la Deuda, y Armando Santiago Pintado, en representación de Hedge Clippers.

Las tres personas que expusieron durante el foro coincidieron en la necesidad de fiscalizar a administraciones gubernamentales pasadas y fijar responsabilidades hacia quienes aportaron al empobrecimiento de la clase trabajadora en Puerto Rico. Defendieron, además, el proceso de auditoría ciudadana de la deuda como un mecanismo que abogue por la cancelación de aquella deuda pública que resultó de procesos gestados al margen de la ley.

“¿Cómo esto incide en nuestros servicios? Pues, en la medida que el gobierno decida utilizar sus ingresos, en vez de para darnos los servicios públicos necesarios, que los desee utilizar para el pago de la deuda. Es lo mismo que en nuestras casas nuestros padres o nosotros mismos decidamos que antes de pagar por las escuelas de nuestros niños, antes de pagar por nuestra comida, primero hay que pagar la tarjeta de crédito”, explicó Prados.

“Porque si estamos pagando el día de hoy toda esta deuda, que son montones de miles de millones, ¿por qué no tenemos una Universidad de Puerto Rico en mejores condiciones? ¿Por qué no tenemos un sistema eléctrico en mejores condiciones? ¿Por qué no tenemos carreteras en mejores condiciones?”, cuestionó la representante del Frente Ciudadano por la Auditoría de la Deuda.

Además de los reclamos de rendición de cuentas hacia la clase política local y al gobierno de los Estados Unidos, que mantiene un poder colonial sobre Puerto Rico, quienes participaron del foro también recalcaron la necesidad de fijar responsabilidades a los bancos.

“Los bancos que prestaron porque no tuvieron un sistema de detección de fraude también son responsables porque ellos tenían que detener este proceso si ellos no podían ver que el gobierno podía repagar. ¿Por qué lo hicieron? Porque esos bancos que prestaron cobran comisiones con cada venta, que no se supone. Se supone que haya una separación entre el que está evaluando una solicitud de préstamo y el que está vendiendo un préstamo. Esa separación no existe para Puerto Rico”, explicó, por su parte, Santiago Pintado.

En meses recientes, el tema de la deuda ha sido abordado por organizaciones feministas de Puerto Rico como un asunto de violencia de género. Estos acercamientos con perspectiva de género al análisis de la deuda han servido igualmente como referente de movilización en otros países de América Latina.

“El movimiento feminista en Argentina, el movimiento feminista en Colombia y me atrevería a decir que también el movimiento feminista en Bolivia, ha estado, precisamente, abordando la importancia de trabajar el tema de la deuda desde una perspectiva de género. Ha activado a que el movimiento feminista adopte el tema de la deuda como uno de sus pilares”, respondió Prados a preguntas de Todas.

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