Fotos de Alina Luciano
Cayó el telón para la rivalidad deportiva entre las boxeadoras Amanda Serrano y Katie Taylor. Tras la conclusión del tercer enfrentamiento entre ambas el pasado viernes, 11 de julio, cerró uno de los capítulos más importantes para las mujeres que compiten a nivel profesional en los deportes de combate. Una puertorriqueña y una irlandesa protagonizaron mucho más que tres emocionantes peleas sobre el ensogado. Serrano y Taylor llevaron un contundente mensaje en favor de todas aquellas mujeres que por años llevan luchando por su reconocimiento y trato digno en el deporte, particularmente en el boxeo.
Entre los años 2022 y 2025, estas dos mujeres deportistas compitieron en tres ocasiones. De ese total de combates, hubo dos veces en que el enfrentamiento entre ambas fue designado como el choque estelar dentro de una cartelera de boxeo celebrada en el mítico coliseo del Madison Square Garden de Nueva York. La otra pelea ocurrió en el Estadio AT&T en Arlington, Texas.
Si bien las tres peleas fueron ganadas por la irlandesa Taylor, los resultados fueron todos cerrados. Incluso, las decisiones de los jueces no estuvieron exentas de controversias. No fueron pocos los analistas y seguidores del boxeo que vieron ganar a la puertorriqueña Serrano, principalmente en las primeras dos peleas.
En un deporte en el cual el resultado depende de la perspectiva y apreciación de los jueces, los cuestionamientos suelen formar parte de sus desenlaces. Estas interrogantes y debates se tornan aún más intensos cuando la pelea fue cerrada, como ocurrió en los tres enfrentamientos de Taylor y Serrano.
Habrá quienes insistan en mencionar que los combates entre Serrano y Taylor deben ser recordados por las controversiales decisiones de los jueces. Desde la perspectiva puramente deportiva, no hay nada malo con recalcar este aspecto. No obstante, la trilogía protagonizada por estas competidoras debe ser igualmente recordada por lo que logró para las mujeres deportistas.
Serrano y Taylor demostraron que las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres a ser reconocidas como símbolos deportivos en sus respectivos países. Para cada una de las tres peleas, tanto irlandeses como puertorriqueños se reunieron y festejaron para sintonizar la participación de sus heroínas deportivas. En Irlanda, Taylor es vista por sus compatriotas como una figura legendaria que aporta al orgullo nacional. En Puerto Rico, son cada vez más las personas que finalmente reconocen la grandeza de Serrano, quien es la figura del boxeo boricua que más títulos mundiales ha ostentado en diferentes pesos.
La trilogía de Serrano y Taylor, además, aportó a comunicar que el boxeo femenino no es una actividad secundaria dentro del deporte. Por el contrario, es un ejercicio de profesionales que trabajan por merecer pagos y condiciones dignas. Los rostros de estas boxeadoras vistos a través de televisores y computadoras, no solo ayudaron a aumentar la visibilidad de las mujeres deportistas, sino que también sirvieron de inspiración para todas aquellas niñas y jóvenes que practican y ven el deporte como una herramienta de libertad, progreso y desarrollo comunitario. Cuando sean otras las mujeres que protagonicen grandes carteleras de boxeo, la referencia a la trilogía entre Taylor y Serrano formará parte de las reseñas y análisis de contexto. Será una rivalidad recordada por algo más que decisiones controversiales. Se hablará de un legado marcado por el respeto entre dos competidoras que, al ponerse sus guantes de pelea, batallaron por el orgullo de sus naciones y por los derechos de todas las mujeres deportistas.