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¿Cómo debería ser una visita ginecológica para las identidades menstruantes diversas?

Usa de copa menstrual y toallas sanitarias en Puerto Rico

(Ilustración por Michelle Dersdepanian)

A pesar de que la menstruación es un proceso fisiológico que experimentan personas que tienen útero, no todas viven y significan la regla de la misma manera. Hay mujeres cisgénero que tienen fuertes cólicos y hombres de experiencia trans que no, necesariamente, desean conectar con sus ciclos. 

Para que las personas menstruantes reciban una visita ginecológica solidaria y empática, los profesionales de la salud deben tomar en cuenta estas diferencias, aseguraron la creadora del proyecto de educación menstrual no binaria Todas Jevas, Johana Karis Molina Ortiz y la médica Maribel Acevedo, quien dirige la Clínica Translucent de Centro Ararat, en San Juan. 

La menstruación debe abordarse de forma inclusiva porque todas las personas somos seres diversos, expresó Molina Ortiz. 

“Somos personas diversas y nuestras infancias son diversas. Y no tan solo en identidades, también en experiencia y las maneras de significar y vivenciar la menstruación. Incluso, las personas que nos identificamos como mujeres podemos vivenciar la menstruación de una forma muy diversa. Por eso, es importante que se aborde de forma inclusiva”, sostuvo Molina Ortiz.

Por consiguiente, para que las personas menstruantes cuenten con una consulta empática, Acevedo comentó que se debe tomar en consideración lo que piensan las personas que menstrúan que no son mujeres cis. El médico debe conocer cómo se siente la persona que le visita como paciente con respecto a su regla. 

La invisibilización de experiencias, estigmas y la construcción de que solo las mujeres cis menstrúan, imposibilita el acceso al sistema de salud de las personas trans.  

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) ha evidenciado los obstáculos que suelen afrontar muchas personas trans cuando van al médico y ha elaborado un sondeo que arroja conclusiones avaladas por la ONG Médicos del Mundo. El estudio ha entrevistado a 69 personas trans de diferentes ciudades. De ellas, casi la mitad (un 48,5%) declaró haber anulado o retrasado citas médicas, tanto de atención primaria como de especialistas, por miedo a la discriminación. 

Según la Organización Mundial de la Salud, el acceso al sistema sanitario es un derecho humano fundamental. “Todas las personas deben poder ejercer el derecho a la salud, sin discriminación por motivos de raza, edad, pertenencia a grupo étnico u otra condición. La no discriminación y la igualdad exigen que los Estados adopten medidas para reformular toda legislación, práctica o política discriminatoria”.

La salud es un derecho humano esencial, pero, tanto para las mujeres cis como para las personas trans, los derechos sexuales y reproductivos quedan invisibilizados.

La importancia de la visita ginecológica 

Contrario a lo que muchas personas piensan, visitar el ginecólogo no es solo para mujeres cis embarazadas o que están manteniendo encuentros sexuales. 

La médica enfatizó en que los profesionales de la salud deben trabajar el tema de la menstruación de una forma inclusiva porque “es importante abordar la salud pélvica”. 

También, sus años de experiencia atendiendo a personas LGBTTIQA+, la han ayudado a identificar cuáles médicos en el país son aliados de la comunidad. Así, evita la vulnerabilización de sus pacientes en consulta, contó Acevedo.

De igual forma, Molina Ortiz, también trabajadora social feminista, y Acevedo coincidieron en que es necesario educar a los profesionales de la salud sobre identidad de género y orientación sexual. 

“Esto no lo enseñan en la escuela de medicina. Es ir educando a los profesionales de la salud y la sociedad para que seamos más empáticos y sensibles a las necesidades de cada cual”, añadió Acevedo. 

De acuerdo con un estudio realizado por la Clínica Mayo, conocer la autoidentificación de un paciente ayuda al médico a adaptar su lenguaje y comunicarle que está al tanto de su contexto. Los médicos deben consultar sobre la identidad de género y la orientación sexual de su paciente para asegurarse de que brindan una atención que cumpla las necesidades de esa persona.  

De igual forma, Ortiz Molina expresó que los médicos deben estar preparados para  atender a personas trans masculinos y que están en un proceso de hormonación, para saber cómo abordar su salud ginecológica.  

Recomendaciones para una consulta ginecológica digna para las personas trans  

Acevedo, quien se ha convertido en un icono de la búsqueda de la igualdad para las personas trans desde un escenario salubrista, indicó que el profesional sanitario debe utilizar un lenguaje neutro si la persona experimenta disforia de género por menstruar. 

“Cuando yo establezco esta relación médico-paciente y voy al tema de componentes ginecológicos, intento no mencionar la palabra ginecología. Pregunto si alguna vez le han hecho una evaluación pélvica, que es lo mismo que si ha ido al ginecólogo. Y en vez de preguntar si ha tenido alguna condición ginecológica, pregunto si ha tenido alguna situación relacionada al área genital. Soy cautelosa utilizando el lenguaje para que no le vaya a causar incomodidad o algún tipo de estrés”, explicó la médica. 

También, Acevedo expresó que ella no habla de menstruación, sino de manchado porque mencionar la palabra menstruación les recuerda a muchos hombres trans un proceso que no corresponde a cómo se identifican. De igual forma, les pregunta a sus pacientes si alguna vez ha estado embarazado (en masculino) o si planifica, en su transición, quedar embarazado. 

Los profesionales de la salud deben preguntar el pronombre y validarlo, subrayó Molina Ortiz. Una práctica de reconocimiento, respeto y validación para las personas trans y no binarias. 

“Hay que ser sensibles a la hora de hablar con los pacientes. Tenemos que prepararnos para hacerle ese camino de transición a los pacientes más fáciles. Ya de por sí, sin tener interacción con ningún medico, están pasando por una situación difícil: que es no sentirse identificados con el sexo asignado al nacer. El hecho de que podamos ayudar a que nuestros pacientes disminuyan esa disforia y su proceso sea más placentero es un éxito para nosotros como profesionales de la salud, pero también es un éxito para los pacientes que puedan tener apoyo más allá de su familia, la sociedad y los compañeros de trabajo”, enfatizó Acevedo.   

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