El Estado no protege a las sobrevivientes
(Foto de archivo de Ana María Abruña Reyes) No es la primera vez que sucede. Al contrario, hay una normalidad tremenda en culpar a las
(Foto de archivo de Ana María Abruña Reyes) No es la primera vez que sucede. Al contrario, hay una normalidad tremenda en culpar a las
De niña, veía la vejez como un efecto lejano del tiempo del que me mantendría a salvo por, al menos, muchos años. Miraba las carnes
Fotos de Mari Blanca Robles López Hasta hace pocos años, me creía el dicho ese de que madre solo hay una. Con el pasar del
Recuerdo siempre la primera vez que me nombré endeudada. Estaba en mi último año de bachillerato y tuve que tomar un préstamo para pagarlo. Desde
Recuerdo el 2014 con especial detalle. En ese año, comencé a tener conciencia de muchas cosas, tantas de las que nunca me hubiera imaginado. En
Pocas veces, pensamos la literatura como un espacio incómodo, aun cuando el acto de la escritura creativa tiene todo de culpable y nada de inocente.