Colaboración desde Tucumán, Argentina.
Un mail me aguarda en mi casilla personal desde hace 11 días.
A Romi le digo que no he tenido el tiempo aún, que lo quiero leer con tranquilidad, que muchas gracias por la confianza, pero que me espere un poco.
Le estoy mintiendo. Lo cierto es que no he querido leerlo. Ojalá ni siquiera lo hubiese recibido. Saber es hacerse cargo, y no tengo cómo hacerme cargo de su dolor. Tampoco del mío. Mirar de frente al aborto es espantoso.