Fotos por Cris Seda Chabrier
La vida de Gloriann Sacha Antonetty Lebrón comenzó con una gran responsabilidad sobre sus hombros: venir al mundo a servirle a la humanidad. Así lo determinó su padre cuando fue a inscribir a su cría en el Registro Demográfico y encontró, en un libro de nombres, el significado de Sacha.
Fascinado por el apodo con el que llamaría a su hija toda la vida, el progenitor de Antonetty Lebrón obvió el plan familiar de bautizar a la recién nacida como Gloriana, una combinación entre los dos nombres de sus abuelas, Gloria y Ana.