Nuevamente, la naturaleza, con nombre de mujer Fiona, nos ha hecho sentir su fuerza. Nos ha dado una lección sobre cuán poco preparados estamos para atender este tipo de situación, no por la magnitud del evento, sino por la ineficiencia de nuestros sistemas. Una vez más, el sector sin fines de lucro y el sector comunitario, como lo ha hecho en pasados eventos, se activa proveyendo ayuda inmediata y su pericia en cuanto a las necesidades de las comunidades, más allá de la carencia de los servicios básicos. En este esfuerzo, destaco el rol de la mujer como estratega, facilitadora, ejecutora y consoladoras.